minientrada Si tienes obesidad sigue un plan de ejercicio en esta cuarentena

Se ha demostrado que las personas con obesidad y sobrepeso son más propensas a tener consecuencias más graves en caso de una infección por Covid-191, por ello,  el doctor  Rolando Flores, especialista en Medicina de la Actividad Física y el Manejo del Sobrepeso y la Obesidad, aseguró que ante la necesidad de realizar actividad física es vital considerar dos condiciones importantes antes de emprender cualquier plan de ejercicio: el riesgo cardiovascular y el riesgo músculo – esquelético.

“Es aquí donde la intensidad del ejercicio juega un papel importante, porque si es demasiado intenso puede causar problemas cardiovasculares severos en los pacientes con condiciones previas como enfermedad cardiaca o que no estén habituados a hacer ejercicio,” explicó el especialista.

Antes de iniciar con una rutina de ejercicio, los pacientes con obesidad deben realizarse  una evaluación de riesgo cardiovascular, de comorbilidades que tengan en descontrol como la glucosa, la presión arterial o de alguna parte esquelética que requiera primero una rehabilitación, con el objetivo de que el programa de activación física sea seguro y efectivo.

“Lo que sucede con más frecuencia al paciente con obesidad que empieza a hacer ejercicio son las lesiones músculo-esqueléticas y esto puede prevenirse indicándole ejercicios acordes con su estado de salud. Las complicaciones del ejercicio, en caso de problemas cardiovasculares, pueden controlarse con la intensidad del ejercicio”, puntualizó el doctor  Flores.

En este tiempo de confinamiento se pueden realizar dos tipos de ejercicio  para mejorar o preservar la salud:

  1. Ejercicio aeróbico: “En condiciones metabólicas especiales como diabetes e hipertensión, el ejercicio aeróbico debe hacerse en pulsos, es decir, tres sesiones de 10 minutos en vez de una sesión de 30 minutos al día, con lo cual se gasta la misma cantidad de energía y se obtiene el mismo efecto metabólico”, indicó el doctor Flores.

El especialista señaló que la parte aeróbica es dinámica, cíclica y rítmica, y lo más importante es que pueda ser graduada, para evitar el riesgo de consecuencias cardiovasculares severas. “Es recomendable usar aparatos donde se tenga la posibilidad de graduar la intensidad del movimiento, y si no se tienen en casa también se puede bailar o marchar, siempre y cuando el ejercicio sea graduable en su intensidad”.

Para ejercitar y proteger al área músculo-esquelética,  recomienda evitar ejercicios de alto impacto, como saltar la cuerda o correr.

Si además de protección cardiovascular se buscan efectos en la composición corporal como un menor perímetro de cintura y reducción de porcentaje de grasa en el tratamiento de la obesidad a largo plazo, lo más indicado es que el paciente realice 300 minutos semanales de ejercicio. Ya con 150 minutos de ejercicio a la semana se obtienen beneficios para factores de riesgo como presión arterial o glucosa sanguínea.

“Una condición importante es que el ejercicio aeróbico se realice cinco días o más a la semana, para que realmente sea efectivo. Mientras el ejercicio se haga con mayor frecuencia, se tendrá un mejor control metabólico”, enfatizó el especialista.

  1. Ejercicio de fuerza: Es la activación voluntaria de un grupo muscular en contra de una resistencia externa, en series, repeticiones e intervalos de descanso. La carga externa puede generarse con mancuernas, ligas, polainas o el peso del propio cuerpo (lagartijas, sentadillas, abdominales) sobre un tapete de yoga, sin necesidad de acudir a un gimnasio.

“En el ejercicio de fuerza la primera regla es entrenar los músculos primarios como muslo, pantorrilla, pectorales, espalda baja y alta, y abdomen. Es importante hacerlo dos o tres días a la semana en días no consecutivos, y alternar los músculos para que todos trabajen; puede hacerse junto o separado del ejercicio aeróbico”, afirmó el doctor  Flores.

Gradúa la intensidad del ejercicio de fuerza

El especialista en medicina del deporte indicó que la intensidad de un ejercicio de fuerza se mide con la sensación de fatiga en la zona del cuerpo que se está trabajando, dentro de un número de repeticiones. “En el área clínica el indicador de fatiga es un temblor corporal ligero. Lo importante es estimular al músculo y no romper ninguna fibra.”

“La fatiga extrema y el temblor intenso pueden incrementar el riesgo de lesión, por lo que el paciente debe hacer los ejercicios adecuadamente y con supervisión médica”, señaló el doctor Flores.

Es importante que el médico explique al paciente cómo debe hacer los ejercicios de fuerza. “Con tan sólo una serie de una rutina básica, que lleva cinco minutos realizarla, ya se pueden tener efectos benéficos en el paciente sedentario.”

El también maestro en Ciencias de la Salud recalcó que, además de la protección del riesgo cardiovascular y la reducción de peso y grasa corporales, el ejercicio tiene dos importantes efectos benéficos: por un lado, incrementa la salud mental, lo cual es muy importante en estos tiempos de encierro, ya que disminuye ansiedad y depresión, mejora la calidad del sueño y la autoestima. Por otro lado, fortalece al sistema inmune, lo que es significativo en estos tiempos en los que se lucha contra enfermedades infecciosas

 

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