minientrada Omega 3 y su relación con procesos inflamatorios en los músculos

 

El omega 3 forma parte del grupo de ácidos grasos que no pueden ser producidos dentro de nuestro organismo, razón por la cual es indispensable obtenerlos a partir de la dieta, confiriéndoles el carácter de nutrientes “esenciales”, como las vitaminas y minerales.

La característica de este tipo de ácidos grasos es que son insaturados (referencia química de un doble enlace en su estructura), al contrario de aquellos ácidos grasos saturados (referencia química de la falta de dobles enlaces en su estructura) que se relacionan de manera negativa con nuestra salud.

El primer estudio que dio relevancia al consumo de los ácidos grasos omega 3 data de los años cincuenta en nativos de Alaska. Desde entonces son incontables los estudios científicos que relacionan el consumo de omega 3 con múltiples beneficios en la salud, principalmente como un aporte preventivo al padecimiento de diversas enfermedades, señala Dr. Alberto Molás, Miembro del Consejo Consultor de Nutrición de Herbalife Nutrition.

Si bien no mencionaremos todos los beneficios que se relacionan con el consumo de omega 3, si hablaremos de aquellos que se relacionan con el ejercicio físico. A pesar de los evidentes beneficios para la salud que representa el deporte, cuando un esfuerzo realizado es intenso o de larga duración, se producen algunos procesos fisiológicos y bioquímicos, que aumentan el riesgo a sufrir lesiones, primordialmente las que tienen relación con la inflamación muscular, en donde se ven afectados uno o varios músculos, además de otros tejidos del sistema musculoesquelético como; fascias, tendones y ligamentos.

“Cuando el músculo se lesiona, se produce la respuesta inflamatoria (inflamación), liberándose del tejido lesionado químicos (histamina, bradiquinina y prostaglandinas). Estos químicos alteran la estructura de los vasos sanguíneos (arterias y venas), dejando escapar líquido (suero sanguíneo) hacia los tejidos, lo que conocemos de manera coloquial como moretón o hematoma. Esto produce inflamación de diversos grados, lo cual limitará el movimiento del músculo (tejido) y producirá dolor por la presión ejercida en los nervios”, comenta el Dr. Molás.

El principal tratamiento para esta lesión es descanso por un tiempo determinado, lo que repercutirá en tus futuros entrenamientos. La manera en que el omega 3 ayuda en estas lesiones es modulando la formación de químicos proinflamatorios como las prostaglandinas y con esto evita que el líquido intravascular (suero sanguíneo que corre por venas y arterias) inflame el tejido y se pierda movimiento.

Comer bien para rendir más

De acuerdo con la OMS, se recomienda consumir alrededor de 300 a 500 mg/día de omega 3. Los alimentos ricos en omega 3 son:  vegetales, como las hojas verdes, algunos frutos secos (nueces), semillas (soya y linaza), los pescados como sardinas, los alimentos “enriquecidos” con estos ácidos grasos como la leche, el huevo y el queso, y los suplementos alimenticios.

El especialista comenta que la mejor recomendación antes de empezar un plan de alimentación o una actividad física rutinaria es visitar a un profesional de la salud, el sabrá evaluar y establecer las pautas para obtener los mejores resultados de acuerdo con tus necesidades individuales. Mientras tanto recuerda que los estilos de vida saludables son la mejor manera de prevenir enfermedades.

Fotos: Cortesía y Pixabay

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