minientrada Viajar puede ayudar a prevenir el Alzheimer

El turismo resulta en una actividad “física saludable para seguir en el tiempo libre”. Algo que quizá ya se intuía, pero ¿qué hay de la parte mental? De acuerdo con un estudio de la Coalición Mundial para el Envejecimiento, el acto de viajar puede ser un factor relevante para retrasar la aparición de enfermedades cerebrales como el Alzheimer.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia. Se calcula que representa entre un 60% y un 70% de los casos.

En México se estima que el 6% de las personas mayores de 60 años sufren de la Enfermedad de Alzheimer o de algún tipo de demencia, es decir, aproximadamente 360 mil, y en el Distrito Federal se estima que hay 41 mil personas con esta enfermedad.

Con base en su último informe en el que se encuestó a 1,500 estadunidenses, se reportó que, entre las motivaciones para viajar se encontraba precisamente el hecho de que, la estimulación mental causada por la planificación y tomar vacaciones se percibía como un agente que puede prevenir esta patología relacionada con el olvido.

Y es que el acto de planear un viaje, desde revisar las opciones de destino, los métodos de viaje, la interacción con gente nueva, comunicarse con otra persona que hable un idioma diferente al nuestro, si es el caso, y hasta el regreso, ya con historias por contar a nuestros cercanos, es un proceso en el que la mente se activa y que resulta benéfico, ya que, se ha demostrado que quienes continuamente están “desafiando” a su cerebro, exponiéndolo a nuevos retos o complejas tareas de aprendizaje parecen tener un cerebro más sano y presentan menor probabilidad de desarrollar demencia.

Investigaciones recientes han demostrado que, mientras nuestro cerebro esté sano, podrá desarrollar nuevas conexiones entre las neuronas, incluso en edad avanzada.

Nuestro cerebro es un ente que gusta de estar aprendiendo de manera constante, cualquier traslado de un punto monótono hacia algo nuevo, será bien recibido por éste, indicó la Dra. Miriam Jiménez, directora médica de Biogen.

Algo que refuerza la Sociedad Española de Neurología, quien afirma que las “neuronas pueden crear nuevas conexiones, pero es clave entrenar y estimular el cerebro. Y ello se hace con tres elementos: enfrentar a nuestro cerebro a la novedad, la variedad y el desafío. Viajar cumple con los tres”.

El cerebro sale de la rutina

Cuando viajamos, la novedad se presenta en el propio acto, al salir de la rutina; la variedad la podemos encontrar en la gastronomía, en el momento en que degustamos un platillo diferente al que estamos acostumbrados, puede ser una experiencia sensorial altamente estimulante y el desafío podemos encontrarlo cuando, estando en un lugar desconocido salimos para dar una vuelta y nos proponemos regresar caminando y recordar la ruta para llegar a donde nos hospedamos.

La música y la gastronomía activan los recuerdos

Sin embargo, la gastronomía es solo una de tantas facetas que pueden estimular en gran medida nuestra mente, invitándonos a desafiar nuestra cognición. Está también la visita a un museo, por ejemplo, en donde, al apreciar una pintura, escultura o galería de fotos; las obras, pueden accionar algo de nuestra memoria cercana o remota.

La música puede ser otro aspecto que puede detonar la actividad de nuestra mente. Si escuchamos música de marimba, seguro recordaremos algún viaje que hicimos al sur de nuestro país: Tabasco, Campeche o Yucatán. Mientras que, si percibimos una bossa nova clásica, seguro remitiremos nuestra mente a un viaje por Brasil.

Ríase con la persona con Enfermedad de Alzheimer y no de ella. El buen humor puede aliviar el estrés.

 

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