La temporada en la que las afecciones auditivas se hacen presentes está a la vuelta de la esquina, sí, una de las más frecuentes en el verano es la otitis externa u otitis del nadador que aparece cuando el conducto del oído externo se inflama provocado principalmente por la entrada frecuente de agua, generando dolor de oído, picazón y/o sensación de escuchar poco.
Durante el periodo vacacional, muchas familias acostumbran a visitar albercas, playas, balnearios o simplemente disfrutar de una tarde de relajación con una piscina improvisada para que los más pequeños entren en contacto con el agua. Sin embargo, expertos de MED-EL, especialista en soluciones médicas auditivas, advierten que permanecer por mucho tiempo sumergido en el vital líquido, muchas veces contaminado, puede facilitar la presencia de otitis externa que, de no tratarse oportunamente, tendría consecuencias graves para el oído afectado.
“Datos de la Organización Mundial de la Salud revelan que casi el 60% de los niños que presentan pérdida auditiva, está relacionado con otitis o complicaciones congénitas, de ahí la importancia de la detección y atención oportuna atendiendo los síntomas de alarma. Este padecimiento es muy común en verano, es la causa de entre el 15 y el 20% de las consultas médicas en esta época”, señaló el doctor Fernando Díaz, director comercial de MED-EL México.
Jimena Atuan, especialista de MED-EL comparte algunas de las pérdidas auditivas o hipoacusias que puede provocar la otitis de verano:
- Pérdida Auditiva Conductiva: Cuando el oído externo o medio no puede conducir el sonido, por alguna complicación, malformaciones congénitas, infecciones recurrentes, supuración, perforación de membrana timpánica, traumatismos o golpes, entre otras afecciones, se denomina hipoacusia conductiva.
- Pérdida Auditiva Neurosensorial: Cuando hay deterioro de las células del oído interno, causado por diversos factores como la exposición prolongada a ruido intenso, algunos medicamentos denominados ototóxicos, factores genéticos y factores adversos al nacimiento como la hipoxia, la prematurez e incluso la incubadora, influyen en la hipoacusia neurosensorial. El proceso de envejecimiento denominado presbiacusia también es causa de este tipo de pérdida auditiva.
Pérdida Auditiva Mixta: También denominada hipoacusia mixta, es el resultado de problemas entre el oído externo o medio y el oído interno. Sucede por varias razones, entre las más comunes se encuentran las infecciones crónicas de oído mal tratadas o sin tratamiento, los colesteatomas, traumatismos o golpes.
La OMS asegura que la pérdida de audición no tratada genera importantes costos en las comunidades de todo el mundo, lo que representa para los gobiernos 980,000 millones de dólares anuales. Por el contrario, al tratar estas afecciones de manera oportuna, se ven beneficiadas las personas que lo padecen y su futuro en sociedad.
“El tratamiento de la otitis externa dependerá de su gravedad, acudir con los especialistas es siempre la mejor recomendación, serán ellos quienes podrán identificar el tipo de daño y solución. Lo importante es estar alertas a las señales de dolor, picazón, incluso supuración y sensación de baja audición”, comentó Jimena Atuan.
“La vigilancia del oído es permanente y paralela al tratamiento médico, ya que una infección impactaría en la audición, se deberán realizar estudios audiológicos durante y posterior a la recuperación. Si la pérdida auditiva conductiva persiste, incluso sin infección presente, deberemos considerar el uso de sistemas de conducción ósea para resolverlo y mantener la estimulación auditiva del paciente, sobre todo en niños”, concluyó la especialista de MED-EL.
MED-EL exhorta a las personas a cuidar de su salud auditiva y considerarla como una de sus prioridades, sobre todo en periodos de exposición al agua que en su mayoría puede tener presencia de cuerpos extraños que favorecen la creación de tapones y por ende el crecimiento bacteriano.
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