“La población mexicana es muy susceptible para desarrollar Enfermedad Renal Crónica (ERC), mientras que en el mundo entre el 10 y el 1% de las personas la padecen, en nuestro país es el 14%”, así lo comentó el Dr. Tomás Pascual Jiménez, presidente del Colegio de Nefrólogos de México A.C., en el marco del 55 Congreso Nacional de Nefrología que inició el 21 y finalizará este 25 de septiembre en la Ciudad de México, como parte del compromiso de esta agrupación de ofrecer actualización médica para atender los problemas prioritarios de salud en nuestro país.
Agregó que la ERC como otras, es una enfermedad silenciosa que comienza a dar los primeros síntomas cuando el paciente ha transcurrido ya varios años con el padecimiento y se reduce progresivamente la función renal. Cuando se encuentra en la etapa 5, que es el grado más avanzado, se tiene menos del 15% de la función del riñón.
“Las causas principales de ERC es la diabetes mellitus, la hipertensión arterial sistémica y algunas otras enfermedades como son litiasis renal (cálculos), infecciones urinarias y renales frecuentes, o algunos padecimientos inmunológicos como el lupus eritematoso sistémico”, señaló el galeno.
Recordó que ahora con el COVID-19, México reportó que 1 de cada 3 pacientes hospitalizados que llegaron a una situación crítica, desarrollaron una lesión renal aguda.
“Sabíamos que íbamos a tener más personas con esta enfermedad, porque nuestros enfermos renales tenían mayor riesgo para desarrollar COVID debido a que su respuesta inmunológica está afectada”, indicó el Dr. Pascual Jiménez.
Explicó que el virus del COVID-19 requiere ingresar en las células para afectar al paciente y lo hace a través de receptores que lo enganchen, como el denominado receptor de la enzima convertidora de angiotensina (ACE2).
“Este tipo de receptor se encuentra en el riñón, pulmón, vasos sanguíneos, sistema nervioso central y en el tubo digestivo. Por ello es que los pacientes presentaron problemas respiratorios desde muy simples, hasta severos como neumonías; desarrollaron daño renal, eventos vasculares cerebrales, trombosis porque afecta a los vasos sanguíneos y diarrea porque afecta al sistema digestivo”, comentó el entrevistado.
Agregó que la ERC es irreversible y que la diálisis peritoneal, la hemodiálisis y el trasplante renal son las terapias necesarias para otorgar el “Soporte Renal”. Sin embargo, en el caso de trasplantes, es muy complicado encontrar donantes. “Por ello es importante continuar las políticas en Salud Renal, donde se otorgue el tratamiento médico, farmacológico en forma temprana y se retrase la progresión de la enfermedad. Claro, otorgar con oportunidad las terapias de reemplazo renal”, indicó.
Los síntomas de la ERC son muy vagos y se presentan de acuerdo con la etapa en la que se encuentre el paciente y de los factores de riesgo. Pueden presentar hinchazón en las piernas y cara y descontrol en la presión arterial. En etapas muy avanzadas pueden tener náuseas, vómito, diarrea, pérdida del apetito, piel seca, problemas para conciliar el sueño, anemia, cambios en el humor como enojo y depresión.
El especialista enfatizó la importancia de hacerse un chequeo anual de la función renal, ya que recordó que no hay economía en el mundo que alcance para tratar esta enfermedad. “Si quisiéramos tratar la ERC en etapas avanzadas, estaríamos ocupando el 40% de lo que se gasta en salud”.
Finalizó recomendando seguir la regla de oro:
Mantenerse en forma, llevar una vida activa
- Tener una dieta saludable, evitar embutidos y alimentos procesados
- Controlar diabetes e hipertensión
- Tomar suficiente agua (dos litros diarios aproximadamente)
- No fumar
- No consumir medicamentos antiinflamatorios que no estén indicados bajo prescripción médica
- Vigilar antecedentes familiares de ERC
- Evitar el exceso de carbohidratos