El “ojo rojo” se presenta cuando existe una dilatación o ruptura de los vasos sanguíneos presentes en estructuras de la superficie ocular como la conjuntiva o la esclera. La conjuntiva es el recubrimiento gelatinoso que protege a la esclera, la cual es la parte blanca que de la forma esférica a nuestros ojos.
Aunque parezca grave, es una condición que no necesariamente tiene que ser preocupante, ya que en muchas ocasiones se debe a factores como la falta de descanso, la exposición prolongada a pantallas, al cansancio ocular derivado del trabajo en exceso, uso inapropiado de pupilentes, al estrés, o incluso al consumo de tabaco o alcohol en exceso.
Asimismo, puede deberse a situaciones ambientales como la exposición al viento, polvo, humo, luz ultravioleta, aire acondicionado, cloro de albercas o incluso a golpes. Si se trata de alguna de estas causas, es muy probable que, en el lapso de 72 horas, todo vuelva a la normalidad.
¿Cuándo acudir al médico?
Si no mejora el enrojecimiento ocular dentro de las primeras 72 horas, es necesario acudir a una revisión oftalmológica. Asimismo, si el “ojo rojo” se presenta acompañado de punzadas o de dolor constante, intenso, recurrente, que no mejora con el uso de lubricantes oculares; si existe disminución de la agudeza visual; sensibilidad a la luz; o secreción ya sea moderada o abundante; lo más recomendable es ver a un especialista.
En la mayoría de los casos, el “ojo rojo” se debe a una reacción de la superficie ocular como consecuencia de la exposición a irritantes y agentes ambientales naturales; sin embargo, también puede ser resultado de una enfermedad ocular interna o la manifestación de una enfermedad sistémica que afecta al ojo.
Las condiciones oftalmológicas que pueden presentar “ojo rojo” son múltiples y de causas variables. Algunas de las más frecuentes son: conjuntivitis infecciosas (bacterianas o virales), infecciones oculares relacionadas conjuntivitis alérgica, abrasiones corneales, úlceras corneales, blefaritis, alteraciones de la posición del párpado y pestañas, obstrucción de vía lagrimal, por mencionar algunas.
Por otro lado, las enfermedades sistémicas asociadas pueden incluir rinitis alérgica, enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, granulomatosis de Wegener, rosácea, etc.
El “ojo rojo” siempre es un aviso de que existe una anormalidad de base ya sea a nivel ocular y/o sistémico. Por lo que es siempre importante detectar la causa de dicho enrojecimiento. Asimismo, el diagnóstico y manejo de esta condición cuando es recurrente puede requerir el apoyo de otros especialistas como reumatólogos, dermatólogos, pediatras o inmunólogos.
Recomendaciones
En todo caso, los especialistas de Laboratorios Sophia recomiendan:
- No frotarse el ojo nunca
- Usar gafas de sol para protección contra rayos ultravioleta
- Uso de lubricantes oculares
- Si usas lentes, limpiarlos a conciencia y descansa al menos cada 4 horas
- Intenta dormir como mínimo 7 horas
- Si eres alérgico, toma tus medicamentos
- Si usas mucho la computadora, descansa cada 20 minutos, observando un objeto a cinco metros por 20 segundos para relajar tu visión
- Realizar una buena limpieza de párpados por fuera, al menos un par de veces por semana
La salud de nuestros ojos es fundamental y es importante seguir las recomendaciones de los médicos, expertos y especialistas como los de Laboratorios Sophia. Su gotero cuenta con una tecnología que permite mantener el producto esterilizado (libre de bacterias), adicional de ser de fácil aplicación al contar con varias dosis en la misma presentación.
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