El glaucoma es la segunda causa de ceguera irreversible en el mundo y alrededor de 1.5 millones de personas padecen la enfermedad en México; sin embargo, 8 de cada 10 ignoran que la tienen y de ser detectada a tiempo, con tratamiento oportuno se puede evitar su progresión hasta la pérdida de la vista.
“Ahora se cuenta con muchas opciones para su tratamiento que no existían en el pasado reciente, como la trabeculoplastia láser selectiva y nuevos procedimientos quirúrgicos de mínima invasión, con los cuales se puede tratar el glaucoma con riesgos mínimos”, destacó el presidente del Colegio Mexicano de Glaucoma, Daniel de la Torre.
El glaucoma es una enfermedad degenerativa del nervio óptico asociada a la elevación de la presión interna del ojo y -de acuerdo con datos dados a conocer por la Asociación Mundial de Glaucoma en el marco de la Semana Mundial del Glaucoma, del 12 al 18 de marzo- se calcula que unos 80 millones de personas la padecen en el planeta.
Para 2030 el número de latinos mayores de 45 años con glaucoma será casi el triple del actual. El glaucoma no genera síntomas al comienzo, no hay dolor y la visión se puede mantener normal, pero si la enfermedad avanza sin ser diagnosticada y tratada a tiempo el daño a la visión periférica es progresivo y disminuirá hasta llegar a la ceguera permanente.
Entre los factores de riesgo están tener más de 40 años de edad, antecedentes familiares de glaucoma; ascendencia hispana, africana o asiática; miopía, presión ocular elevada, lesiones del ojo, inflamación crónica del ojo, uso de esteroides y diabetes mellitus.
El glaucoma no es curable, pero si se diagnostica a tiempo se puede evitar una ceguera irreversible. El tratamiento va enfocado a controlar la enfermedad, evitar la progresión y prevenir la pérdida de visión, a través de gotas que bajan la presión ocular, láser que disminuye la presión intraocular o cirugía que evita la lesión irreversible del nervio óptico.
Un diagnóstico temprano permite impedir que el daño avance y, en consecuencia, salvar un mayor nivel de visión, por lo que se sugiere acudir a revisión oftalmológica cada año.
En caso de padecer glaucoma es importante informar a familiares para que ellos también acudan a revisión oftalmológica, pues la enfermedad tiene un componente hereditario, además de que es fundamental mantener el tratamiento y nunca cambiarlo sin consultar con el médico oftalmólogo/glaucomatólogo.