En México más de 350 mil personas están afectadas por la enfermedad de Alzheimer. Esta cantidad se duplica cada 5 años después de los 65 años, y se estima que aproximadamente un tercio de los mayores de 85 años podría tenerla.
Los científicos del National Insitute on Aging (NIA, por sus siglas en inglés), creen que hay muchos factores que influyen en cuándo comienza y cómo evoluciona la enfermedad. El factor de riesgo conocido más importante es la edad; las causas más comunes probablemente incluyen una combinación de factores genéticos, estilo de vida y ambientales.
La psicóloga Gina Goldfeder asegura que “algunos elementos importantes para acompañar a una persona que tiene Alzheimer son la contención, el cariño, el vínculo y la conexión familiar. Esto se traduce en hacer “sentir en casa” a la persona que se está sintiendo ajena a su entorno, a través de involucrarla en actividades familiares, conversaciones y hacerla sentir parte integral de ese núcleo familiar, incluyéndolo a pesar de los síntomas como los olvidos, la dificultad en el lenguaje, la memoria a corto o largo plazo que se ve afectada”.
A pesar de esta sintomatología, la Dra. Goldfeder asegura que se puede hacer sentir a quien padece Alzheimer que su entorno cercano sigue estable y no ha cambiado, que lo aprecian, lo valoran, haciéndolo sentir tranquilo, lo cual disminuye la ansiedad de la enajenación que vive.
Expresar un deseo de “volver a casa” se relaciona con sentimientos de inseguridad, ansiedad o depresión, dado que afecta inicialmente la memoria a corto plazo.
Algunos escenarios para hacerlos “regresar a casa” podrían ser:
- Despeja el suelo de las diferentes habitaciones con cables y otros obstáculos que puedan inducir la caída del mayor.
- Sustituye las alfombras normales por antideslizantes. Aunque lo mejor es quitarlas por completo.
- Coloca las etiquetas necesarias con nombres e instrucciones en aquellos objetos cotidianos cuyo método de uso pueda olvidarse. El microondas y el mando de la tele son solo algunos ejemplos.
- Establece lugares fijos para aquellos objetos que el mayor usa más habitualmente, como pueden ser las gafas, el mando de la tele, etc.
- Colocación de barandillas en los lugares clave, como el dormitorio o el baño. En caso de pérdida de equilibrio, se podrá agarrar a ellas.
Gina Goldfeder, especialista en psicoterapia individual afirma que, aunque la memoria se perturbe, la coherencia y la expresión verbal se empobrezca, un paciente con Alzheimer sigue siendo una persona con la que se debe contar. Su historia, su pasado y su carácter constituyen un atractivo material estimulante que dignifica y gratifica al enfermo.
Según un artículo de National Geographic, la memoria no declarativa, también llamada memoria implícita, se acumula inconscientemente. Esto incluye memorias de procedimiento, que el cuerpo utiliza para recordar las habilidades que ha aprendido. ¿Tocas un instrumento o andas en bicicleta? Esas son tus memorias procedurales en el trabajo.
Las memorias no declarativas también pueden dar forma a las respuestas irreflexivas del cuerpo, como salivar a la vista de tu comida favorita o tensarse cuando ves algo a lo que se temes.
Los síntomas más característicos de este padecimiento son:
- Pérdida de memoria, de las habilidades de lenguaje (dificultad para encontrar los nombres de las palabras).
- Alteraciones del pensamiento abstracto.
- Juicio pobre, desorientación en lugar, tiempo y persona.
- Cambios en el estado de ánimo, conducta y personalidad.
- Notorio decaimiento en las actividades personales y el desempeño en el trabajo. La tristeza, vergüenza, ansiedad, ira, rabia y miedo, mucho miedo, son algunos sentimientos que una persona con Alzheimer experimenta casi a diario. Ellos han perdido todo lo que han construido en su vida, se sienten desubicados en su propio hogar, les da terror ver la niebla en la que se están hundiendo y que cada día es más densa, se pierden por completo y los momentos de lucidez, sólo los llevan a una tristeza mayor al entender su realidad. Estos sentimientos provocan en estas personas reacciones, a veces, incomprensibles para sus familiares o cuidadores.
En la experiencia de la psicóloga Goldfeder, el apoyo a los familiares es muy importante, de preferencia de manera profesional alrededor del duelo que están experimentando de perder a la persona lentamente en sus facultades y en la personalidad que había manifestado y que había expresado siempre; “también es importante que las personas que han estado a su alrededor sepan anticipadamente que la persona sufrirá olvidos desvariantes, dificultades para recordar situaciones muy inmediatas que ha vivido y reconocer que el trabajo que es desgastante, que implica mucha paciencia y perseverancia compromiso y consistencia, constancia, empatía son aspectos que deben desarrollar para estar al lado de alguien que cada vez es más vulnerable y dependiente de la ayuda de los demás”, asegura la Dra. Goldfeder.
Es difícil dar consejos igual de eficientes y válidos para todo el mundo ya que las circunstancias de cada familia son diferentes y, a su vez, cada persona cuidadora experimenta de forma diferente las emociones y las siente con distinta intensidad, sin embargo, N A I H A, una red de apoyo para cuidadores y familias con éste tipo de padecimientos recomienda algunas acciones que podrían funcionar para mejorar la comunicación y la calidad de vida de ambos:
- Mantener una rutina
- Tratarlos con tranquilidad y respeto
- Buscar el equilibrio entre ayuda y autonomía, pensemos en cosas que “sí” pueden hacer
- Evitar entornos desconocidos
- Salir a la calle y pasear para consumir energía
- Mantenerlos entretenidos
- En momentos en los que estén más frustrados, intentar distraerlos.
- Buscar actividades para ellos placenteras; hablar del pasado, ver fotos, escuchar música
- Encontrar el origen de la angustia e irritabilidad para ayudarles a afrontar estas situaciones con calma.
- Hablar con estas personas sobre las razones por las que sienten miedo para buscar opciones.
- Evitar aglomeraciones, limite la cantidad de sonido y movimiento
- Acompañarlos con empatía
- Controle la toma de decisiones para evitarles la ansiedad
- No está mal pedir ayuda
- Cuídese como cuidador para que su familiar se sienta mejor a pesar de que no existe un tratamiento o cura para detener o revertir el deterioro mental de la enfermedad, los resultados de investigaciones recientes son alentadores, ya que varios medicamentos que se utilizan para aliviar los síntomas se encuentran en etapa de prueba clínica y, también, existen medicinas que ayudan a controlar las alteraciones conductuales.
La enfermedad de Alzheimer, sigue siendo la única causa principal de muerte para la que no existe tratamiento. Con eso en mente encontrar una cura para el Alzheimer es, desde hace muchos años, uno de los principales objetivos de la ciencia y la medicina.