La cirugía que extirpa el seno por completo, llamada mastectomía, es una de las intervenciones médicas más utilizadas para prevenir, combatir o frenar el cáncer de mama; sin embargo, en ciertos casos, cuando los tumores son más agresivos y difíciles de tratar, no es opción en primera instancia, lo cual, supone enfrentar los efectos secundarios que implica la quimioterapia, inmunoterapia o terapia hormonal.
Ante ese panorama, un grupo de investigación multidisciplinario, encabezado por Arturo Vera Hernández y Lorenzo Leija Salas, adscritos a la Sección de Bioelectrónica del Departamento de Ingeniería Eléctrica, ha dirigido sus esfuerzos al desarrollo de nuevos procedimientos que resulten menos invasivos, ambulatorios, sencillos, eficientes y económicos para esta enfermedad, como la implementación de la electroporación irreversible, un enfoque novedoso en el tratamiento del carcinoma ductal invasivo (tipo más común de cáncer de seno).
Esta técnica utiliza corriente eléctrica continua para generar pulsos de alto voltaje y de corta duración, que son aplicados en el tejido por medio de electrodos de aguja (su número está en función del tamaño del tumor). El campo eléctrico generado provoca la formación de pequeños poros en la bicapa lipídica de la membrana de las células tumorales, induciendo su muerte.
La investigación sobre este tema se ha realizado in vitro e in sílico (con simulaciones computacionales) a fin de establecer una estimación inicial del campo eléctrico necesario para el tratamiento con electroporación irreversible de los carcinomas de mama.
Estos estudios, cuyo objetivo permitió evaluar si la electroporación irreversible es una alternativa de tratamiento eficaz contra el cáncer de mama, utilizaron hidrogeles que imitan al microambiente tumoral de manera tridimensional replicando la forma de neoplasias reales y, mediante resonancia magnética, se comprobó cómo esta técnica puede lograr de forma eficiente la destrucción del tumor sin extirparlo.
Los resultados han sido alentadores, pues además de ser mínimamente invasiva, requiere de pocas sesiones de tratamiento; a lo que se suma prescindir el uso de fármacos citotóxicos de forma sistémica, como tradicionalmente ocupa la quimioterapia, evitando la alta toxicidad, uno de los efectos secundarios no deseados.
Actualmente, el grupo de Vera Hernández y Leija Salas, trabaja con un modelo animal con similitudes genéticas, anatómicas y fisiológicas a los humanos, el cerdo vietnamita, donde tras la aplicación del tratamiento se evaluarán los niveles de expresión de elementos considerados biomarcadores que representan factores pronósticos de la enfermedad, para así determinar si la electroporación irreversible es una alternativa de tratamiento eficaz contra el cáncer de mama de cualquier fenotipo.
La eficacia de este proyecto, donde colaboran Adriana Leticia Vera Tizatl y Claudia Elizabeth Vera Tizatl, posdoctorantes en la Sección de Bioelectrónica, así como Marco Antonio Vega López, investigador del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular, puede verse potenciada si la enfermedad se detecta en una etapa temprana.
“Es posible que en el futuro este método desplace a la quimioterapia y/o cirugía neoadyuvante en el tratamiento del cáncer de mama y probablemente se considere como un tratamiento de primera línea para los tumores primarios”, señaló Vera Hernández.