En México, de 2012 a 2021 el número de mascotas aumentó 20% hasta llegar a 25 millones de hogares con al menos un animal de compañía; y, con un nuevo tipo de estructura familiar que convierte a las mascotas en “los nuevos hijos”, principalmente entre las generaciones más jóvenes, no es de extrañar que el interés por brindarles bienestar y protección se haya fortalecido.
La percepción de los animales de compañía y su papel en nuestras vidas es mucho más relevante para la identidad de las nuevas generaciones y, por tanto, gastan más dinero en ellos que otras generaciones: según la consultora global Deloitte, los mexicanos destinan hasta el 20% de sus ingresos totales en la manutención y cuidado de sus animales de compañía, lo que en promedio se traduciría en un gasto de más de 34 mil pesos al año en juguetes, alimentación, servicios de estética, paseos y hasta sesiones de spa. No sólo se trata de pagar sus gastos, sino generarles bienestar y dotarlos con los mejores productos. Esta consideración es un impulsor definitivo en la demanda de alimentos de primera calidad para las mascotas.
La ciencia de la alimentación favorece la vida de las mascotas
En este siglo, la investigación sobre la nutrición de las mascotas ha demostrado que se necesita una dieta bien equilibrada que incluya seis categorías básicas de nutrientes como proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales y agua, así como otros ingredientes tales como aminoácidos esenciales (derivados de las proteínas) y ácidos grasos (derivados de las grasas).
Las mascotas deberán ser provistas con la cantidad de nutrientes necesarios que variará según la etapa de vida en la que se encuentren (cachorro/gatito, adulto, gato/perro geronte, etc.), el estilo de vida (activo vs. pasivo), y cualquier condición por la que la mascota pueda estar pasando.
No es solo alimentarlos con las mejores fórmulas o que tengan perfiles de nutrientes avanzados, se trata de considerar datos, conocimientos y perspectivas sobre nuevas formas de mejorar el ambiente general y el bienestar de las mascotas. Al menos así lo considera el Instituto de Ciencias del Cuidado de Mascotas Waltham, centro científico de Mars Pet Care donde los científicos desarrollan fórmulas para Pedigree y Whiskas, y cuenta con científicos dedicados a investigar y diseñar parte de las fórmulas especializadas de Royal Canin.
Un científico especializado en alimentos para mascotas aplica conocimientos de diversas disciplinas como nutrición animal, ciencia de los alimentos, química, microbiología, ingeniería de procesos, etc. Cada ingrediente se combina de forma calculada para garantizar que la fórmula final cumpla con los criterios de investigación y todas las necesidades nutricionales, que hoy por hoy busca también que brinde múltiples beneficios al mismo tiempo.
Adicional a estas investigaciones sobre el alimento, confluye también la colaboración con científicos de distintas formaciones y disciplinas (como veterinaria (y su subespecialidad: etología), biólogos, técnicos veterinarios, entrenadores, etc. Así un equipo de Investigación y Desarrollo (I&D), dedicado a la formulación de alimentos de calidad premium, se enfrenta continuamente al reto de aplicar lo obtenido por múltiples diciplinas durante el proceso de desarrollo de una fórmula.
Para llegar al punto en que una fórmula alimenticia para las mascotas logra cumplir con este amplio espectro de condiciones, han sido necesarios meses de duro trabajo, investigación, pruebas, largas horas en la planta de producción y una estrecha colaboración entre las distintas disciplinas para sacar ese nuevo producto al mercado.
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