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La radiación ultravioleta (UV) es una forma de radiación que es emitida por el sol y fuentes artificiales. La radiación UV generalmente se ve afectada por los cambios en el ozono estratosférico y el cambio climático global. El cambio climático está modificando la exposición a los rayos UV y afectando la forma en que las personas y los ecosistemas responden a los rayos UV. La disminución del ozono estratosférico permite que más rayos ultravioleta B (UVB), los cuales son responsables de las quemaduras y el bronceado, lleguen a la superficie de la Tierra. La exposición crónica a la radiación UV puede causar cambios degenerativos en la piel que a lo largo de toda la vida pueden provocar cáncer. La radiación solar no deja de estar presente fuera de la temporada de verano. Durante el invierno, evitar la exposición de la piel puede disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de melanoma, así como:
- Usar un protector solar.
- Cubrir la piel con prendas oscuras que protejan los brazos y las piernas.
- Disminuir el uso de lámparas de bronceado y camas solares.