Los Oligosacáridos de la Leche Humana, o HMO, son un tipo de prebióticos que se encuentran únicamente en la leche materna. De hecho, son el componente sólido más abundante de la leche materna después de los carbohidratos y las grasas.
Los HMOs juegan un papel importante en el sistema inmune de los pequeños, y hasta hace poco, no había una alternativa que pudiera replicar algunas de las mismas ventajas que se encuentran en la leche materna.
Fundamentos de los probióticos y prebióticos
Todos tenemos una comunidad diversa de bacterias y otros microorganismos en nuestro tracto digestivo, conocido como microbiota. De hecho, alrededor del 70% de las células del sistema inmune residen en el intestino humano, por lo que mantener un tracto digestivo saludable está estrechamente relacionado con el bienestar general.
La microbiota intestinal se desarrolla durante los primeros mil días de vida, y el poder combinado de prebióticos y probióticos nutre este delicado ecosistema.
“Los probióticos, también conocidos como ‘bacterias beneficiosas’, son microorganismos vivos que se encuentran en la microbiota. La mayoría de estas bacterias son bacterias ‘buenas’ o ‘amigables’ que ayudan con la digestión, combaten organismos dañinos y regulan la función inmune”, dijo el Dr. Óscar Quintero, director Médico de Abbott.
Por otro lado, los prebióticos no son bacterias, son la fuente de alimento que los probióticos necesitan para sobrevivir. Los prebióticos, como los HMOs, no son digeridos por los humanos; en cambio, viajan a través del cuerpo para llegar al colón, donde son fermentados por los probióticos y utilizados como energía para ayudar a que los microbios saludables prosperen.
Los HMOs y una microbiota saludable para ayudar a fortalecer el sistema inmune de los niños
El tracto digestivo se forma durante el tercer trimestre del embarazo y continúa desarrollándose hasta un año después del nacimiento; ciertos nutrientes pueden afectar la forma en que el intestino se desarrolla durante este período clave.
Existen más de 150 tipos de HMOs. Los estudios demuestran que los beneficios de los HMOs son diversos, de los cuales destacan: el impacto positivo en el ecosistema intestinal y la contribución en el cierre de las múltiples brechas en la función inmune de los pequeños.
“Abbott ha estado estudiado la microbiota infantil durante décadas; a través de la investigación innovadora sobre prebióticos especiales llamados Oligosacáridos de la Leche Humana (HMO), descubrimos que los HMOs juegan un papel importante en la alimentación de las bacterias “buenas” en el intestino y, además, ayudan en el desarrollo del sistema digestivo e inmune del niño”, explica el Dr. Quintero, Director Médico de Abbott.
Nutrir la microbiota intestinal es crucial para apoyar la salud de los pequeños. Esto es particularmente importante para los bebés que nacieron por cesárea y no fueron amamantados. Los estudios han demostrado que su microbiota intestinal podría ser significativamente diferente de los que nacieron por vía vaginal y fueron amamantados.