La medicina, así como otros campos profesionales fueron, durante los últimos dos siglos, privilegio sólo de hombres. Hoy en México es un área dónde las mujeres rebasan en número a los hombres, es decir, la fuerza laboral de médicos, enfermeras y otros especialistas de la salud durante el tercer trimestre de 2023 fue de 396,000, de los cuales 49.6% corresponde a los hombres y el 50.4% a las mujeres, de acuerdo con reporte de Data México.
Las mujeres también ganan en las aulas; de acuerdo con la Gaceta UNAM, en su edición de octubre, en 2023 egresaron 890 médicos generales, de los cuales el 62.47% fueron mujeres, correspondiente a un total de 556 médicos egresadas.
Sin embargo, no ha sido fácil para las mujeres ganar espacios, reconocimiento e igualdad de oportunidades -no sólo en el campo de la medicina- aún en el presente siglo.
“La mujer medico aún en esta época moderna enfrenta esquemas de discriminación y desigualdad al haber diferencia entre los ingresos y las oportunidades que tenemos para llegar a puestos de liderazgo, algunas personas consideran que las mujeres no tenemos la capacidad física y mental para soportar las cargas de trabajo y el estrés que implica”, destaca la Dra. Alejandra Leyva Enriquez, subdirectora médica del Hospital D’María.
Considera que en la actualidad el papel de la mujer en el sector salud ha ganado terreno y reconocimiento. “La relevancia de las mujeres dentro de los servicios médicos tiene que ver con el desarrollo de mejores y más eficientes vías de comunicación con pares, pacientes y familiares”.
“En ciertas áreas o campos de la medicina donde predominan las mujeres, pueden llegar a posiciones de liderazgo de forma mucho más rápida y fácil, por ejemplo, en las áreas de Oftalmología o Dermatología, especialidades que se conocen comúnmente como ‘de mujeres’ por la menor exigencia de atención de urgencias y la escasa o nula necesidad de realizar guardia durante su ejercicio, contrastando con las especialidades quirúrgicas, que son consideradas como masculinas, las cuales brindan menores oportunidades para las mujeres, incluso en el ámbito académico”, opina la Dra. Leyva Enriquez.
Aunque el papel de la mujer ha ido rompiendo barreras en diferentes sectores productivos, que tradicionalmente, en el pasado eran destinados para los varones, la especialista considera que actualmente sigue sin existir igualdad en el ramo de la medicina y la atención hospitalaria.
“No hay igualdad actualmente, la falta de sensibilización y continuar con estigmas que se tienen del entorno a las áreas de desarrollo, hablando de la familia y el trabajo. Todavía hay la creencia que si la mujer se desarrolla en un ambiente laboral descuida a la familia y viceversa”, comenta Leyva.
Opina que aún existen diferencias en el desempeño de una mujer y un hombre dentro de la medicina, con respecto al trato o manejo de los pacientes.
La especialista del Hospital D´María resalta que con respecto al desempeño de una mujer o un hombre dentro de la medicina no hay diferencias en cuanto a capacidades sólo por ser de un género. “Las mujeres somos lo suficientemente capaces de desarrollarnos en cualquier especialidad, no depende del género, depende de la persona, el deseo y el cariño con el que hagamos o desempeñamos nuestra labor, es tan simple como que mientras te apasione lo que haces nada es imposible”, concluye.
MÁS MUJERES EN PUESTOS DIRECTIVOS HOSPITALARIOS
En México solo 6.1% de las mujeres en el sector salud ocupan posiciones directivas. La falta de oportunidades y las responsabilidades domésticas o falta de tiempo son algunas de las causas de que su presencia en puestos de liderazgo sea escasa, según un reporte del Sector Salud.
En el caso del Hospital D’María, que cuenta con una plantilla laboral de 280 profesionales, el 60% es personal femenino, que en su mayoría ocupan puestos directivos; el 33% son enfermeras y 13% son médicos, menciona la Dra. Leyva Enriquez, quien reitera que a pesar de los obstáculos, las mujeres van ganando espacios en el ámbito de la salud.
ELLAS DIERON EL PRIMER PASO
A finales del Siglo XIX, en una época dónde la mujer no tenía la posibilidad aspirar a tener una profesión, destacaron mujeres, en México y el mundo, que lucharon contra prejuicios y estereotipos para ganar un espacio en las aulas y después en la medicina.
En México, la primera mujer médica fue Matilde Montoya, quien recibió su título en agosto de 1887, en presencia del presidente Porfirio Díaz; sin embargo, generó controversia y duda sobre sus habilidades sólo por ser mujer.
En Estados Unidos, 38 años antes, Elizabeth Blackwell es considerada como la primera mujer médico de la historia, al graduarse en 1849.
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