Los maestros desempeñan un papel crucial en la detección temprana de problemas oculares en las niñas y los niños, ya que pasan una cantidad significativa de tiempo con ellos en los centros escolares, y a menudo son los primeros en notar signos de dificultades visuales que pueden afectar el rendimiento académico y el bienestar general del estudiante.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), 32% de la población entre 5 y 17 años tiene algún tipo de discapacidad visual, siendo los problemas más frecuentes son: miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia, enfermedades que en un alto porcentaje pueden resolverse gracias a un examen visual a tiempo y un diagnóstico acertado.
La convivencia y la observación diaria de las maestras y los maestros les permite observar el comportamiento y el desempeño de los menores en el aula.
Los profesores pueden notar en sus alumnos señales como: entrecerrar los ojos, acercarse demasiado al cuaderno y al pizarrón, tener dificultades para leer, escribir o distinguir figuras, quejarse de dolor ocular, dolor de cabeza, taparse frecuentemente un ojo, fruncir el ceño, mirar bizco o torcer la cabeza, entre otros malestares indicativos de posibles problemas de visión.
Gerardo Gleason, director general de Medical Dimegar, empresa especializada en soluciones oftalmológicas, dijo que la comunicación que los maestros mantienen con los padres de familia les permite actuar como enlace para informar acerca de cualquier preocupación relacionada con la salud visual de los alumnos.
“El aviso de las maestras y maestros puede ser de gran ayuda en la salud visual de los pequeños, pues se traduce en evaluaciones oculares tempranas y, por lo tanto, en un tratamiento efectivo que impactará en su calidad de vida”, mencionó Gleason.
Recordemos que para cuidar de la salud visual de los niños, y de la población en general, es importante fomentar descansos regulares durante actividades que requieren esfuerzo ocular, evitar el uso prolongado de dispositivos electrónicos, y promover una dieta rica en nutrientes esenciales, como vitaminas A, C y E, zinc y omega-3.