minientrada La exposición prolongada al sol en el verano puede aumentar el riesgo de desarrollar cataratas y degeneración macular

El verano es sinónimo de vacaciones, días al aire libre y diversión bajo el sol; sin embargo, durante esta época del año, los ojos están expuestos a diversos factores externos que pueden afectar la salud ocular, como el agua salada del mar, el cloro de las piscinas, la exposición al sol y la arena de la playa, principalmente.

Si bien se puede sufrir una enfermedad oftalmológica en cualquier época del año, los veranos, al ser más calurosos que las demás estaciones, incrementan en consecuencia la incidencia de sequedad ocular, queratitis, conjuntivitis irritativas –provocadas por estar durante mucho tiempo en contacto con el agua salada o cloro de las piscinas– y problemas relacionados con largas exposiciones al sol en la playa.

Para mantener una buena salud ocular, es indispensable usar gafas de sol que ofrezcan protección UV del 100%, cubran bien los ojos y bloqueen tanto los rayos UVA como los UVB. La exposición prolongada a estos rayos puede causar problemas como cataratas y degeneración macular, un trastorno ocular que destruye lentamente la visión central y aguda, lo cual dificulta la lectura y la visualización de detalles finos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el 20% de los casos de cataratas están relacionados con la exposición a los rayos UV.

En ese sentido, está comprobado que el calor y el aire seco del verano pueden provocar sequedad ocular. Para mantener los ojos bien hidratados es conveniente hacer uso de las lágrimas artificiales, especialmente si se usan lentes de contacto. Ante esto, la Asociación Americana de Optometría informa que cerca de 30% de las personas experimentan sequedad ocular durante el verano.

El agua de las piscinas y del mar también pueden irritar los ojos. Para protegerlos, se debe usar goggles y enjuagarlos con agua purificada después de nadar para evitar infecciones. De acuerdo con estudios, 15% de los nadadores experimentan conjuntivitis irritativa debido a la exposición al cloro y otras sustancias químicas presentes en las albercas.

Durante esta temporada hemos observado un incremento de 30% en consultas relacionadas con problemas oculares durante el verano, siendo la sequedad, irritación y las infecciones oculares las más comunes. Estudios recientes han demostrado que una adecuada protección con gafas que bloqueen el 99-100% de los rayos UV puede reducir significativamente estos problemas. Adoptar prácticas preventivas y utilizar productos específicos para el cuidado ocular ayuda a conservar una visión saludable”, puntualizó Stephany Gleason, directora de Oftalmo University, centro para mejorar la pericia quirúrgica de especialistas, ubicado en la Ciudad de México.

Este centro especializado capacita a médicos oftalmólogos, técnicos optometristas y veterinarios de todo el mundo para que a través de inteligencia artificial perfeccionen su técnica. Fue concebido por Medical Dimegar, compañía especialista en el campo de la oftalmología para brindar a los pacientes una atención de excelencia y así evitar el reingreso a los hospitales.

Adicionalmente, una dieta rica en vitaminas y antioxidantes es fundamental para la salud ocular. Incluir alimentos como zanahorias, espinacas, pescados ricos en omega-3 y frutas cítricas en la dieta diaria ayuda a proteger los ojos y mejorar la visión. Además, usar un sombrero de ala ancha puede ofrecer una protección adicional contra los rayos solares, reduciendo la cantidad de luz directa que llega a los ojos, lo cual es bastante útil durante actividades al aire libre, como caminar, hacer senderismo o pasar el día en la playa.

Si se utilizan lentes de contacto, se deben seguir las recomendaciones de higiene, como evitar nadar con ellos, a menos que sean específicamente diseñados para esta actividad. Las infecciones oculares relacionadas con el uso de lentes de contacto aumentan 20%, de acuerdo con la Asociación Americana de Optometría.

Es importante considerar todas las medidas de protección para garantizar una visión clara y saludable, además de no automedicarse. Ante cualquier síntoma o malestar, es recomendable acudir con un médico oftalmólogo, quien hará una revisión, proporcionará un diagnóstico y dará el tratamiento correspondiente a cada padecimiento.

 

 

 

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