Dentro de los distintos tipos de leucemia que existen, la leucemia mieloide aguda (LMA) es el cáncer de la sangre más común en adultos. En México, tiene una incidencia estimada de 3.5 por cada 100 mil habitantes y es considerado uno de los cánceres más complejos y difíciles de tratar debido a que es poco común, pero muy agresivo, con una tasa de mortalidad de 3.7 por cada 100,000 personas. La LMA se inicia en la médula ósea (la parte blanda del interior de los huesos largos) y pasa a la sangre.
Uno de los mayores desafíos en la lucha contra este y otros tipos de leucemia es su diagnóstico oportuno. A menudo, los síntomas iniciales de esta enfermedad pueden pasar desapercibidos o ser confundidos con dolencias menores. Sin embargo, síntomas como hematomas (moretones) inexplicables, sangrado de las encías y hemorragias nasales frecuentes pueden ser señales tempranas de leucemia. El 24% de las personas con esta enfermedad presentaron estos síntomas en una etapa inicial.
“Los hematomas o moretones se definen como un sangrado que se produce debajo de la piel y que provoca la aparición visible de marcas negras, azules o moradas. La mayoría de las veces no hay motivos para preocuparse por ellos, ya que son la respuesta natural del cuerpo a una lesión. Sin embargo, hay que estar atentos a su extensión, duración y causas”, explicó el doctor Sergio Tena, hematólogo y Gerente Médico de Hematología de Astellas Farma México.
Aunque los hematomas son muy comunes, la manera en la que se forman y su duración son un factor determinante para saber si vale la pena consultar a un médico. Algunas de las señales que podrían indicar que un moretón es síntoma de un trastorno hematológico son: ocurren en lugares inusuales, como espalda, piernas o manos; aparecen muchos a la vez y sin explicación aparente; tardan más de lo habitual en desaparecer y se acompañan de sangrados externos de nariz o encías.
“Es fundamental que la población esté informada sobre estos signos para que puedan buscar atención médica rápidamente. Detectar la leucemia en etapas tempranas puede marcar una gran diferencia en la efectividad del tratamiento y la calidad de vida del paciente. Por esta razón, además de los moretones y sangrados, es importante poner atención a signos como cansancio, palidez, debilidad, pérdida de peso y del apetito, fiebre y sudoración nocturna”, puntualizó el doctor Tena.
Si bien la leucemia mieloide aguda es un cáncer agresivo, la Sociedad Americana contra el Cáncer ha reportado que 2 de cada 3 pacientes responden al tratamiento, por lo que un diagnóstico temprano es crucial.
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