La retinopatía diabética es una complicación común de la diabetes mellitus que afecta a más de un tercio de las personas diagnosticadas con este trastorno de azúcar en la sangre. Conduce a la pérdida visual a través del edema macular diabético, la retinopatía diabética proliferativa y la no perfusión retiniana.
“Existe un interés desde hace mucho tiempo en identificar biomarcadores que ayuden a predecir el empeoramiento de la enfermedad. Muchos pacientes permanecen en la etapa no proliferativa durante un período prolongado, durante el cual a menudo están relativamente asintomáticos. Aunque no siempre está clínicamente indicado tratar a todos estos pacientes con intervenciones oculares específicas, existe el riesgo de que algunos pasen a una etapa más avanzada de la enfermedad y sufran daños irreversibles antes de que se reconozca la necesidad de intervenir”, explica el Dr. Wyoff.
Las lesiones predominantemente periféricas (LPP) y la no perfusión retiniana, detectadas mediante angiografía fluoresceínica de campo ultra ancho (AFCA), pueden ser señales tempranas de que la retinopatía diabética corre el riesgo de empeorar significativamente y necesita un seguimiento y atención más cuidadosos, de acuerdo con un estudio reciente.
Este estudio marca la culminación de una búsqueda de décadas para identificar y validar nuevos biomarcadores que ayuden a predecir la progresión a formas más graves de la enfermedad que amenazan la visión. Un paso adelante en cuanto al manejo de la atención clínica.
“El objetivo fue evaluar la relevancia clínica de las LPP, incluidas las hemorragias y otros signos de retinopatía diabética localizados en la periferia de la retina, utilizando dos tecnologías relativamente nuevas que permiten obtener imágenes consistentes: la fotografía de fondo ocular de campo ultra ancho y la angiografía fluoresceínica de campo ultra ancho”, explica el Dr. Charles Wykoff, coinvestigador del estudio y profesor de oftalmología clínica, del Instituto Académico del Hospital Houston Methodist.
El estudio, publicado en JAMA Ophthalmology, encontró que la presencia de LPP en la AFCA se asoció con un riesgo 1.7 veces mayor de empeoramiento de la enfermedad en un periodo de cuatro años (P < .001), independientemente de las puntuaciones de severidad inicial. No se identificó ninguna asociación con las LPP en las imágenes de fondo de ojo en color.
La no perfusión retiniana —el flujo sanguíneo alterado detectado por AFCA— también se asoció con un mayor riesgo. Casi la mitad (46%) de aquellos en el cuartil más alto de no perfusión retiniana y aproximadamente una cuarta parte (26%) de aquellos en el cuartil más bajo de no perfusión cumplieron con el criterio principal de empeoramiento de la enfermedad en un periodo de cuatro años.
“Estos resultados sugieren que el uso de la angiografía fluoresceínica de campo ultra ancho puede mejorar la capacidad de predecir el empeoramiento de la enfermedad mientras los pacientes aún se encuentran en la etapa no proliferativa, lo que respalda un papel para la AFCA en futuros sistemas de estadificación y atención clínica”, explica el Dr. Wykoff.
Como resultado del estudio, un panel nacional de oftalmólogos líderes está revisando la Escala de Severidad de la Retinopatía Diabética para incorporar guías sobre el uso de la AFCA.
Incorporando datos de 544 ojos recolectados de 37 sitios de la Red de Investigación Clínica de Retinopatía Diabética en América del Norte, el estudio en JAMA Ophthalmology es un seguimiento a gran escala de la investigación publicada en 2015 que reportó la asociación entre las LPP y la progresión a formas más graves de la enfermedad.
El nuevo estudio valida en gran medida la investigación anterior, pero solo para las LPP asociadas con la AFCA.
En la última década, la aparición de la imagen de campo ultra ancho ha permitido capturar directamente el 90% de la retina, una mejora significativa respecto a las fotografías retinianas estándar y la angiografía fluoresceínica, las herramientas de diagnóstico de larga data. Esas solo capturan aproximadamente un tercio de la retina, centrada en el polo posterior.