“La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa muy común que puede afectar aproximadamente al 1% de la población. Este padecimiento afecta más a los hombres que a las mujeres y, aunque la edad promedio de inicio es de 60 años, puede afectar a personas de cualquier edad”, explicó el doctor William Ondo, director de la Clínica de Trastornos del Movimiento del Hospital Houston Methodist y profesor de Neurología en Weill Cornell.
Aunque en México, no hay cifras exactas sobre el número de pacientes con Parkinson, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía estima que hay 50 casos nuevos cada año por cada 100 mil habitantes. En todo el mundo, se calcula que existen entre cuatro o cinco millones de personas de 50 años y más tienen esta enfermedad.
Agregó que “la enfermedad parece tener muchas causas que luego se autoperpetúan y se vuelven progresivas con el tiempo, pero los pacientes generalmente responden bien a la medicación. La mayoría de los medicamentos aumentan los niveles de dopamina de una forma u otra. La pérdida de células que producen dopamina es una de las principales características de esta enfermedad”.
“Sin embargo, el medicamento puede perder efectividad con el tiempo y los pacientes pueden comenzar a tener movimientos involuntarios llamados discinesia. También pueden experimentar sensaciones de rigidez y movimientos lentos. Dependiendo del caso, podemos usar métodos quirúrgicos para implantar electrodos en áreas muy específicas del cerebro. La ventaja de la cirugía es que los electrodos se pueden ajustar según la respuesta. Este tipo de cirugía cerebral puede ser extremadamente eficaz según el paciente y puede ayudar con síntomas como rigidez, movimientos retrasados y temblores”.
En términos de la vida útil de los electrodos, el neurólogo del Hospital Houston Methodist aseguró que “en la mayoría de los casos, los electrodos permanecerán en el cerebro para siempre. Se eliminan si hay efectos secundarios graves o si no están perfectamente posicionados, pero en general permanecerán durante toda la vida del paciente. Debo señalar que las baterías del electrodo deben cambiarse. Existen diferentes tipos de baterías, pero las más comunes deben reemplazarse cada 3 a 5 años”.
En términos de avances en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson, el doctor Ondo explicó que “es un momento muy emocionante para la investigación de Parkinson ya que están sucediendo muchas cosas nuevas. Además de descubrir métodos quirúrgicos mejorados, hay varios medicamentos que se están investigando. Algunos de ellos mejoran los síntomas de la enfermedad y otros intentan abordar la causa subyacente del Parkinson, que es lo que realmente queremos entender”.
“Estamos en medio de un largo estudio clínico sobre la administración de anticuerpos contra una proteína específica que es anormal en pacientes con enfermedad de Parkinson. También hay estudios actuales con otras sustancias químicas que ayudan a retrasar la progresión de la enfermedad, así como muchos otros que ayudan a mejorar los síntomas e incluso otros dispositivos mecánicos”.
En conclusión, el experto del Hospital Houston Methodist comentó que el “Parkinson es difícil porque también afecta muchos otros síntomas además de la rigidez, la lentitud y el temblor. Como neurólogos que abordan el Parkinson, tratamos los problemas de presión arterial, vejiga, dificultades para dormir, alucinaciones y demencia, por lo que debemos optimizar el tratamiento del Parkinson para mejorar la calidad de vida general de nuestros pacientes”.