Más de un millón de personas viven con demencia en México, cifra que podría ir en aumento, considerando que en nuestro país existen más adultos mayores de 60 años que niños de 0 a 4 años y se prevé que esta proporción se duplique para 2029. El aumento en la incidencia de esta enfermedad hace de las demencias un problema nacional de salud prioritario, señaló el Dr. Gilberto Acosta Castillo, adscrito al Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez.

Las demencias son un conjunto de enfermedades neurodegenerativas, originada por diversas causas, entre ellas la demencia por Enfermedad de Alzheimer (EA), la cual es la más común, al representar de 60 a 80% del total de casos reportados, que afecta progresivamente la memoria, el pensamiento y la habilidad para realizar actividades de la vida diaria y conduce a un estado de discapacidad y dependencia.

La importancia de los síntomas neuropsiquiátricos (SNP) de la EA radica en el impacto directo que tienen en la calidad de vida de la persona que los padece y de sus familiares. Las manifestaciones iniciales pueden confundirse debido a que pueden ser situaciones vivenciales. Cuando el síndrome está más avanzado el diagnóstico es más claro, pero para llegar a estas etapas pudieron haber transcurrido hasta 15 o 20 años, aseguró el Doctor Gilberto Isaac Castillo del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía en conferencia virtual.

La edad en la que se presentan es a partir de los 60 años de edad, aunque hay reportes de casos en personas de 20 años. De acuerdo con la transición epidemiológica de nuestro país y del mundo, se ha visto un incremento en la población mayor de 65 años y se estima que para 2050, las personas mayores de esta edad será la cuarta parte de la población.

En 2015 se estimaba que había 47 millones de personas con Enfermedad de Alzheimer o alguna otra demencia. Actualmente, los especialistas consideran que cada tres segundos se presenta un caso de demencia en el mundo, ya que hay un reporte de 10 mil casos nuevos al año.

Sin embargo, se cree que es un conjunto de enfermedades subdiagnosticadas debido a que los casos no son identificados, y porque no se tienen programas de atención adecuada.

El doctor Castillo aseguró que en México hay tres estudios grandes en los que se analiza la problemática de las demencias: ENASEM, Grupo 10/66 (2008) y ENSANUT (2012), éste último señala que la prevalencia oscila entre el 5% y 12% a nivel nacional. El Perfil epidemiológico de las demencias 2012 fueron: 31% tenían 80 años o más, 60% eran mujeres, cerca del 10% corresponderían a población que hablar alguna lengua indígena y 20% de los casos residían en áreas rurales.

La velocidad con la que se presentan los casos al año es muy rápida. Muchos de ellos no son identificados, todavía hay concepciones equivocadas en México, se piensa que es normal que la persona mayor presente deterioro cognitivo. Si se consideran los factores de riesgo se puede lograr que la enfermedad vaya progresando lentamente.

Un reporte de Lancet señaló que hay factores de riesgo que podrían modificarse y con ello disminuir el número de casos, entre ellos se encuentran: la baja escolaridad, traumatismo, hipertensión, pérdida auditiva, alcoholismo y obesidad, tabaquismo, sedentarismo, aislamiento social, diabetes y mala alimentación

En relación con la mortalidad por demencia es difícil establecerlo; sin embargo, algunos estudios sobre la carga global de la enfermedad (demencia y Alzheimer), la sitúan entre las 10 causas de muerte.

El doctor Miguel Ángel Ontiveros Torres, integrante de diversos proyectos en el Instituto de Neurobiología de la UNAM, comentó en su ponencia “Entendiendo la patogénesis de las demencias Alzheimer”, que las demencias se caracterizan por tener dos formas de presentación:  con un patrón  hereditario, el cual representa menos del 10% y un patrón esporádico, relacionado con el envejecimiento, el cual constituye más del 90% de los casos.

Señaló que la fisiopatología de la enfermedad es compleja, pero se reconoce que en general la Enfermedad Alzheirmer se caracteriza por presentar dos lesiones histopatológicas características (aunque no son las únicas):  Depósitos de proteína b-amiloide denominados placas seniles y la otra son las marañas intracelulares (neurofibrilares) compuestas de proteína tau hiperfosforilada. Una vez formadas las placas y las marañas no hay posibilidad de que se regenere, por lo que la enfermedad es irreversible y no tiene cura.

La EA presenta típicamente alteraciones de diferentes dominios cognitivos. Inicia casi siempre con alteraciones de la memoria, y después presenta alteraciones de lenguaje, visuoespaciales y de las funciones ejecutivas. Y síntomas neuropsiquiátricos que tienen que ver con la dependencia de uno o varios cuidadores.

Al respecto, Rosa Farrés, especialista en enfermedad de Alzheimer por la Universidad de Salamanca y presidenta de la Federación Mexicana de Alzheimer indicó que es necesario eliminar el estigma de las demencias y visibilizar al paciente. Apuntó que 40% de la gente ignora a los pacientes que viven con demencia, 35% de los ciudadanos han ocultado que tienen algún familiar o paciente que tiene demencia.

En México se cree que este padecimiento es un castigo, que se está embrujado o que están “locos”, por lo que es necesario que se reconozca este padecimiento como una prioridad en salud pública, trabajar en la investigación, prevención e información, indicó.

Por su parte, la Maestra Sara Torres, investigadora en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Geriatría, apuntó que las personas que viven con demencia tienen una percepción diferente, lo que puede ocasionar que vean en los pisos brillantes charcos de agua, en los patrones de fruta de un mantel, frutas reales; en una alfombra negra, un abismo en el que pueden caer; sin embargo, dijo que es posible vivir bien a pesar de padecer demencia.