La pandemia por COVID-19 ha transformado de manera súbita la forma en la que las instituciones dan seguimiento a pacientes que viven con enfermedades crónicas no transmisibles, enfermedades infecciosas, cáncer y básicamente con cualquier padecimiento.
Estos grupos de pacientes, junto con adultos mayores y personas con inmunodepresión u otros padecimientos, son poblaciones vulnerables y ahora se encuentran en mayor riesgo, especialmente debido a la interrupción de su tratamiento, como las personas que viven con Hipertensión Arterial Pulmonar, una forma de Hipertensión Pulmonar.
El doctor Pablo Trejo, presidente de la fundación HAP, indicó que la interrupción del tratamiento ocasiona un deterioro irreversible, además mencionó que los pacientes infectados por el virus SARS-CoV-2 pueden desarrollar Hipertensión Arteria Pulmonar por lo que es necesario darles seguimiento.
Dijo que con esta pandemia se presentó una saturación en los hospitales, se incrementaron las carencias en materia de atención y suministro de medicamentos para que los pacientes continúen con su tratamiento.
La hipertensión pulmonar (HP) es una condición de salud que afecta los pulmones y el corazón, progresa rápidamente y puede causar la muerte. Se caracteriza por una presión elevada en las arterias pulmonares.
Existen cinco grupos de Hipertensión Pulmonar:
1.- Hipertensión Arterial Pulmonar (HAP)
2.- Hipertensión Pulmonar por cardiopatías izquierdas
3.- Hipertensión Pulmonar neumopatías y/o hipoxia
4.-Hipertensión Pulmonar por tromboembolia crónica
5.- Hipertensión Pulmonar con mecanismos multifactoriales.
La Hipertensión Arterial Pulmonar se caracteriza por falta de aire, fatiga, síncope, presíncope, palpitaciones, edema, color azul de los labios y tos, señaló el doctor Guillermo Cueto Robledo, jefe de Urgencias Cardio-Neumológicas del Hospital General de México.
Aseguró que la HAP puede deberse a cardiopatía congénita, enfermedad del tejido conectivo, esclerodermia, lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, CREST, cirrosis, trombos en las piernas, HIV y uso de ciertos fármacos para bajar de peso.
El diagnóstico se realiza mediante estudios de gabinete, examen de marcha por seis minutos, electrocardiograma, en donde se detecta el crecimiento de la parte derecha del corazón; estudios de imagen (angiotomografía de tórax), gammagrama, ecocardiograma; sin embargo, el estándar de oro es el cateterismo cardiaco derecho.
El doctor Cueto apuntó que los riesgos asociados con la COVID-19 en pacientes con HP ocasiona daños más severos en el paciente y mayor número de casos de hospitalización.
Indicó que la HAP es un padecimiento que afecta principalmente a personas jóvenes, del sexo femenino en un 80%, con un índice de masa corporal bajo, cuya relación con la incidencia de COVID-19 es poco frecuente.
Por su parte, el doctor Tomás Pulido Zamudio, jefe del Departamento de Cardio- Neumología del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, informó que el paciente con HAP llega a la atención médica cuando la enfermedad está muy avanzada y con deterioro funcional.
Indicó que el tratamiento tradicional ha sido con sildenafil y tadalafil; sin embargo, hay pacientes que se hacer refractarios al tratamiento. Actualmente hay una nueva línea de tratamiento con Riociguat para HAP y la Hipertensión Pulmonar Tromboembólica Crónica.
Riociguat tiene el potencial de superar varias limitaciones de los tratamientos autorizados actualmente para la hipertensión arterial pulmonar (HAP), como la dependencia del ON; además, es el primer fármaco que ha mostrado beneficios clínicos en la hipertensión pulmonar tromboembólica crónica (HPTEC), para la que no existe ningún tratamiento farmacológico autorizado.
Este medicamento está aprobado en México por la COFEPRIS y se encuentra en el catálogo del INSABI, asimismo ya está en el cuadro de la SEDENA, ISSSTE, IMSS e ISSSEMyM.