En México más del 90% de las personas padecen caries y 60% de la población presenta algún tipo de enfermedad periodontal (inflamación, enrojecimiento y sensibilidad de las encías), es decir, 115 millones y 75 millones de personas respectivamente. Adicionalmente, 16 millones de niños, niñas y adolescentes (NNA) en edad escolar presentan caries, lo que representa el 76% de la población infantil en nuestro país.
De acuerdo con la Dra. Lorena Badial, gerente de atención y experiencia al paciente de Grupo dentalia, “estas cifras son alarmantes y se convierten en un llamado para estar atentos ante ciertos síntomas y señales que pueden generar que padecimientos como enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas (asma, EPOC, sinusitis), enfermedades renales y otras, se agraven por el hecho de no tener una correcta salud dental”.
En múltiples ocasiones hemos escuchado la frase “Tu boca es la ventana a la salud de tu cuerpo”, y es correcta, sin una higiene dental adecuada, las bacterias pueden alcanzar niveles que pueden llevar a que los padecimientos crónicos empeoren de forma significativa. Por ello, la importancia de mantener revisiones regulares con el dentista para evitar problemas dentales.
Al respecto, la doctora Badial comenta que, entre las enfermedades que se encuentran ligadas a la salud dental, están las enfermedades del corazón o cardiovasculares, pues están conectadas por la propagación de bacterias y otros gérmenes desde la boca a otras partes del cuerpo por el torrente sanguíneo.
“Algo similar sucede con la diabetes, pues además de ser más susceptibles a contraer enfermedades avanzadas en las encías, la falta de una salud dental adecuada puede afectar el control de la glucosa y contribuir al avance de la diabetes. Adicionalmente, es importante considerar que entre más alto sea el nivel de azúcar en sangre, mayor será el riesgo de presentar caries, gingivitis, periodontitis, aftas o candidiasis y sequedad de la boca”, puntualizó.
Del mismo modo, una deficiente salud dental está directamente ligada con la agudización de algunas enfermedades respiratorias. En algunos casos se multiplica el riesgo de contraer ciertas afecciones respiratorias como asma, enfermedad obstructiva crónica (EPOC) y sinusitis. Las personas que padecen enfermedades respiratorias crónicas y utilizan medicamentos antiinflamatorios, pueden presentar sensación de boca seca, aumento de la placa dentobacteriana, presencia de problemas periodontales y ser más susceptibles a las infecciones producidas por hongos.
Por otro lado, se encuentran las enfermedades renales, encabezadas por la insuficiencia renal crónica (IRC), un padecimiento en el que los riñones ya no pueden realizar su función de forma adecuada.
La mayoría de los pacientes con IRC presentan una higiene dental deficiente, lo cual puede complicar la enfermedad sistémica de base y están predispuestos a formar cálculo dental, debido al aumento de los niveles de urea en saliva, fósforo y por las grandes cantidades de carbonato de calcio que algunos ingieren como parte de su tratamiento.
También existen enfermedades sistémicas que pueden ser detectadas por sus manifestaciones tempranas en la boca. Por ejemplo, las enfermedades hematológicas como leucemias, pancitopenias, trastornos en la formación de las plaquetas, eritrocitos y leucocitos; SIDA, donde el sistema inmunitario está tan débil que pueden sobrevenir infecciones por hongos, herpes u otros virus; COVID-19, una infección que produce un síndrome respiratorio agudo severo y caracterizado por fiebre, síntomas respiratorios y gastrointestinales, así como otras manifestaciones sistémicas.
Si bien, el embarazo no es un padecimiento o enfermedad crónica, hablamos de un estado especial, en el que el cuerpo de una mujer pasa por muchos cambios hormonales como el aumento de estrógeno y la progesterona. Estos cambios sumados a un pobre control de la cantidad de placa dentobacteriana en los dientes, están directamente relacionados con enfermedades como gingivitis, periodontitis, tumor del embarazo hasta llegar inclusive a la pérdida de dientes.
Finalmente, la Dra. Badial hizo énfasis en la prevención como la mejor opción ante cualquier intento de tratamiento restaurativo a través de sencillos pasos diarios en casa como cepillado dental después de los alimentos, uso de hilo dental, uso de productos con flúor, mantener una dieta equilibrada y de bajo índice de azúcar así como reducir o eliminar el tabaquismo.
El mexicano promedio visita al dentista una vez cada 6 años, mientras que en otros países como Estados Unidos la visita promedio al odontólogo es una vez cada año y medio por lo que es necesario hacerlo con más frecuencia para evitar enfermedades.
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