Por Martha oliva Hernández
La Artritis Reumatoide afecta entre el 0.2 y el 2% de la población mundial, y de acuerdo con el Colegio Mexicano de Reumatología, se reportó una prevalencia del 1.6% en México, lo que colocó a nuestro país dentro de los países con alto porcentaje en artritis reumatoide, es decir, más de 2 millones de mexicanos son afectados por esta enfermedad, de los cuales tres de cada cuatro son mujeres, la mayoría de ellas (75%) en edad productiva entre los 25 y 55 años.
La AR es una enfermedad inflamatoria que afecta a las articulaciones y sus tejidos cercanos de manera crónica que ocasiona dolor, rigidez por las mañanas, hinchazón y movimientos limitados de las articulaciones, cansancio, fiebre y pérdida del apetito.
Actualmente, se estima que el 70% de los pacientes con artritis reumatoide experimentan destrucción irreversible de sus articulaciones en el primer año de aparición de la enfermedad, mientras que entre el 30 y 40% presentan incapacidad laboral a los cinco años de diagnóstico. Además, de acuerdo con el estudio Global Burden of Disease realizado en 2010, de las 291 afecciones que causan discapacidad a nivel mundial, la AR se posicionó en el lugar número 4.
El diagnóstico de esta enfermedad es difícil, especialmente cuando inicia, debido a que puede confundirse con otros padecimientos, señala el doctor César Pacheco Tena, reumatólogo y presidente del Colegio Mexicano de Reumatología.
El reumatólogo detalló que por ello es importante contar con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado para lograr la remisión de la enfermedad, meta del tratamiento. “Los pacientes con AR que se encuentran en remisión tienen una mejor calidad de vida, capacidad funcional y laboral; desde una perspectiva económica los costos directos e indirectos son menores comparados con pacientes con alta actividad de la enfermedad”.
Lo que se busca es aliviar el dolor y la inflamación, prevenir el daño estructural y si es posible la restauración de la capacidad funcional, lo que es esencial para que el paciente pueda realizar sus actividades cotidianas sin sentirse limitado.
“Los padecimientos reumatológicos como la artritis reumatoide tienen un elevado impacto en la esfera psicosocial de los pacientes. Por ello, los denominados PROS, (Patient Reported Outcomes) que se refieren a los resultados reportados por el paciente sin la interpretación del médico o de cualquier otra persona, se enfocan en la salud, la calidad de vida y el estado emocional y proporcionan información cuantificable y comparable de síntomas subjetivos como la rigidez, el dolor, la fatiga o la discapacidad, y cuyos datos deben considerarse por el reumatólogo al momento de elegir el tratamiento”. apuntó el doctor César Pacheco.
Los tratamientos para la AR pueden ayudar a reducir la inflamación de las articulaciones, aliviar el dolor, prevenir o enlentecer la progresión del daño articular, evitando así la posibilidad de presentar discapacidad.
“Existen tres tipos de fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad: los convencionales, los biológicos y los inhibidores JAK; éstos últimos, son un medicamento que se administra vía oral, de una sola dosis al día, el cual ofrece un buen efecto terapéutico en aquellas personas que no pueden tomar Fármacos Antirreumáticos Modificadores de la Enfermedad (FARMES) convencionales”.
Actualmente, un nuevo tratamiento oral tiene el potencial de abordar las necesidades insatisfechas de los pacientes que no han alcanzado el control de la enfermedad. Esta nueva alternativa de tratamiento representa una gran innovación.
Omar Tomey, director médico de AbbVie México enfatizó: “Los pacientes continúan inspirando cada uno de nuestros pasos a medida que seguimos la ciencia de vanguardia para mejorar la comprensión de nuevas vías y metas prometedoras, con el objetivo de impactar positivamente la experiencia del paciente desde el diagnóstico hasta la remisión”.