Durante los meses en los que se ha vivido la pandemia por COVID-19, se han empleado numerosos fármacos para atender a los pacientes infectados, pero la falta de evidencia científica de tratamientos continúa siendo el gran problema a nivel mundial.
Por ello, el estudio RECOVERY (Randomised Evaluation of COVID-19 thERapY, por sus siglas en inglés), inició en marzo de 2020 como un ensayo clínico para probar potenciales tratamientos para COVID-19, en 40 mil pacientes hospitalizados del Reino Unido entre 50 y 60 años de edad, con un diagnóstico grave.
El doctor José Luis Sandoval Gutiérrez, médico internista, recordó que el estudio RECOVERY analizó las terapias con aspirina, azitromicina, colchicina, plasma convaleciente, dexametasona, hidroxicloroquina, lopinavir y ritonavir, anticuerpos monoclonales, tocilizumab, suplementos respiratorios y asistencia ventilatoria. De todos estos fármacos, la dexametasona demostró que reduce la mortalidad en pacientes infectados por el SARS-COV2 y que tienen apoyo ventilatorio.
Los resultados obtenidos con el uso de la dexametasona fueron:
Participaron un total de 2,104 pacientes aleatorizados para recibir dexametasona de 6 mg. una vez al día (oral o intravenosa) por 10 días y fueron comparados con 4,321 pacientes aleatorizados para recibir manejo habitual.
La mortalidad a los 28 días fue significativamente menor en el grupo de dexametasona que en el grupo de atención habitual, con muertes reportadas en 482; al pasar de 2,104 pacientes (22.9%) contra 1,110 fallecidos (25.7%) de 4,321 pacientes.
Entre los pacientes con ventilación mecánica que recibieron dexametasona la incidencia de muerte fue menor que en el grupo de atención habitual con bajo apoyo ventilatorio mecánico invasivo (29.3% frente a 41.4%).
También se observó menor mortalidad en el grupo que recibió oxígeno más dexametasona contra el grupo al que solo se le otorgó oxígeno (23.3% vs. 26.2%).
Basados en estos resultados, 1 de cada 8 muertes en pacientes en ventilación serían prevenidas con el tratamiento y 1 de cada 25 en pacientes que requieran oxígeno.
No se halló beneficio en aquellos pacientes que no requirieron soporte mecánico ventilatorio.
El doctor Alfredo Cabrera Rayo, médico internista e intensivista, explicó que la falta de evidencia científica para el uso de tratamientos contra COVID-19 continúa siendo un problema alarmante en todo el mundo. Sin embargo, RECOVERY ha mostrado que los estudios de colaboración multicéntrica son necesarios, posibles y capaces de proporcionar resultados de calidad que mejoran la toma de decisiones entre los médicos.
El experto confirmó que, basados en esta evidencia, se comprueba que la dexametasona es un pilar terapéutico contra COVID-19 y tiene múltiples aplicaciones en medicina.
Para apoyar a los profesionales de la salud en su educación médica continua, Productos Farmacéuticos Chinoin pone a la disposición el libro Dexametasona: Vigencia y permanencia, una obra científica escrita por expertos que comparten su conocimiento y experiencia en relación a los beneficios de administrar dexametasona en patologías atendidas por diversas ramas de la medicina, entre las que se incluyen dermatología, reumatología, pediatría, traumatología, alergia, neumología, medicina perioperatoria y donde se incluyen los resultados del estudio RECOVERY, que lo convierte en un libro con temas actuales que mejorará la toma de decisiones médicas en beneficio de los pacientes.