Por Martha Oliva Hernández
La enfermedad de Chagas es una enfermedad potencialmente mortal causada por el parásito Trypanosoma cruzi. Los parásitos invaden al miocardio, colon y esófago, causan daño en el corazón y sistema digestivo.
La OMS señala que “el principal mecanismo de transmisión es vectorial, por hemípteros (chinches), de la Subfamilia Triatominae (con alimentación hematófaga). Infectan personas expuestas a su picadura, al depositar sus heces infectadas en heridas de la piel o sobre mucosas. Otras modalidades de transmisión son transfusional, congénita, trasplantes de órganos u oral”.
En el mundo se calcula que entre ocho y 10 millones de personas están infectadas con el parásito protozoario Trypanosoma cruzi, causante de ese padecimiento y se estima que 60 millones podrían estar en riesgo.
Cualquier persona puede ser infectada al estar expuesta a la picadura de la chinche, lo que ocurre con mayor frecuencia en zonas rurales y en climas cálidos. También se puede transmitir la enfermedad por transfusión sanguínea, de madre a hijo durante el embarazo, vía oral y por accidentes de laboratorio.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Chagas?
La fase aguda, cuando es sintomática, se caracteriza por fiebres elevadas, malestar general, inflamación en el sitio de la picadura (chagoma) y en algunas personas hay inflamación de los parpados de un ojo (signo de Romaña).
O bien síntomas cardiacos severos en casos crónicos con síntomas. Sin embargo, cuando se presentan síntomas hay nulas posibilidades de tratamiento, señaló la Dra. Bertha Espinoza Gutiérrez, del Instituto de Investigaciones Biomédicas en la octava sesión del Taller de Periodismo Científico 2021.
En menos del 50% de las personas picadas por un triatomino, un signo inicial característico puede ser una lesión cutánea o una hinchazón amoratada de un párpado. Además, esas personas pueden presentar fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico.
Durante la fase crónica, los parásitos permanecen ocultos principalmente en el músculo cardíaco y digestivo. Hasta un 30% de los pacientes sufren trastornos cardíacos y hasta un 10% presentan alteraciones digestivas (típicamente, agrandamiento del esófago o del colon), neurológicas o mixtas.
La doctora Espinoza Gutiérrez indicó que de acuerdo con el estudio “Chagas Familiar” realizado entre donadores de sangre del Centro Médico Nacional “La Raza”, quienes acudieron al Instituto de Investigaciones Biomédicas a confirmar su diagnóstico se detectó que el 10% de ellos ya tenía alteraciones cardiacas por la presencia del parásito.
Apuntó que se investigó a los familiares de los donadores para determinar si también estaban infectado, por lo que el número de personas estudiadas fue de 106 y se observó que en 13 grupos familiares, al menos había un individuo infectado. Entre la sintomatología presentada se encontraba el bloqueo del lado derecho del corazón.
La especialista comentó que no hay un tratamiento lo suficientemente efectivo para la enfermedad de Chagas, no hay vacuna, pruebas específicas y faltan muchos estudios de vectores.
Aseguró que este padecimiento no es un problema de higiene, el parásito vive en zonas tropicales, semitropicales, pero también se ha detectado en muchas regiones. Hay informes de la presencia del parásito en Cuernavaca y en el Sur del estado de México.
La confirmación de la enfermedad se hace a través de pruebas parasitológicas y serológicas, todas estas realizadas en un laboratorio y dependerá de la fase en la que se encuentre la persona enferma.
Indicó que ante la sospecha de estar infectado o si viajaste a los lugares en donde hay casos de enfermedad de Chagas y te encuentras durante tu estancia en contacto con el vector, puedes acudir a realizarte una prueba diagnóstica en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (InDRE) o en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en donde se realiza el diagnóstico o confirmación de manera gratuita, mediante una prueba altamente específica y sensible, con antígenos (sustancias que desencadenan la formación de anticuerpos y causan una respuesta inmunitaria) que se producen en la propia entidad.