El cáncer de mama se ha convertido en el tipo de cáncer más diagnosticado en el mundo, desplazando en segundo lugar al de pulmón. A medida que los casos aumentan, una preocupación latente es el detectar de manera temprana a la enfermedad, concientizando sobre sus signos y síntomas, para comenzar con un tratamiento eficaz.
Este padecimiento se origina a partir del crecimiento descontrolado de las células que en conjunto forman un tumor maligno que puede invadir a los tejidos circundantes y crear una metástasis.
Solo en el 2020, el cáncer de mama cobró la vida de 685,000 mujeres en el mundo y de acuerdo con datos del INEGI, de 7,821 pacientes en México. A pesar de la innovación científica en los tratamientos, en el país hay un promedio de 10 decesos al día.
Esto debido a factores como las disparidades en los tratamientos y la detección tardía, ya que cabe mencionar que 70% de los casos diagnosticados son de etapas avanzadas. Dicho esto, cuando el diagnóstico es oportuno y el tratamiento comienza en una etapa temprana, se puede mejorar el panorama de la enfermedad.
Se considera etapa temprana (etapa 1) cuando el tumor no excede los 2 cm, sin extenderse fuera de la mama o de los ganglios linfáticos, y a menudo, el tratamiento consiste en la combinación de radioterapia, medicación y extirpación quirúrgica del tumor mamario.
La eficacia del tratamiento aumenta cuando comienza en esta primera etapa, por lo que es importante que la población cuente con la información pertinente para obtener un diagnóstico oportuno y vencer la enfermedad. Siguiendo esta línea, en el país, el 70% de los casos diagnosticados son de etapas avanzadas.
En el contexto de la pandemia y según datos arrojados por la Secretaría de Salud, del 2020 al 2021, aumentaron de manera significativa los casos de tumores malignos de la mama, debido a que muchas pacientes interrumpieron sus chequeos o no tuvieron la oportunidad de tener un tratamiento oportuno.
Asimismo, de acuerdo con los resultados revelados por la Encuesta Regional de Opinión Pública sobre Cáncer de Mama 2021, en Latinoamérica, 7 de cada 10 mujeres no realizaron la consulta médica especializada para poder tratar tempranamente el cáncer de mama derivado de la pandemia de COVID-19.
Por otra parte, es importante mencionar que la enfermedad puede ser clasificada de distintas formas según los receptores encontrados dentro de las células cancerígenas; siendo los más importantes los relacionados al estrógeno, a la progesterona y a la proteína HER2.
La presencia de la proteína codificada por el gen HER2/neu, es el oncogén con mayor incidencia identificado en esta neoplasia, se asocia a un fenotipo clínico agresivo, con aparición de metástasis de manera más temprana, tumores con mayores tasas de crecimiento, períodos de tiempo libres de cáncer y aumento de sobrevida en los menores, señalan especialistas de Roche.
Dicho esto, el estándar de cuidado en esta enfermedad es el uso de terapia dirigida contra el receptor HER2; que pese a los avances presentados en los pacientes que la utilizan, en conjunto a la quimioterapia, se ha reportado que de un 36.4% a un 60.7% presentan una enfermedad residual invasiva. Esto quiere decir que las células cancerosas permanecen, posterior a varios intentos de extraer el cáncer.
Todas las mujeres deben identificar los factores de riesgo y síntomas de advertencia del cáncer de mama; tocando, explorando y checando si se presenta algo inusual como un bulto nuevo en la mama o axila, hinchazón, hundimientos en la piel o pezón, secreción (que no sea leche), dolor y cambio de tamaño o forma de la mama.
Tanto las autoexploraciones mamarias, como las mastografías, son consideradas las formas principales de tener un diagnóstico oportuno; por ende, se recomienda realizar autoexploraciones de la mama a partir de los 20 años y comenzar a realizar mastografías anualmente, a partir de los 40.