El cutting es una práctica que se presenta principalmente en adolescentes, aunque cada vez es más frecuente en infantes de primaria. Consiste en hacerse heridas superficiales en las partes de cuerpo usando objetos punzo cortantes. En México lo realizan principalmente niñas y jóvenes de entre 10 y 20 años de edad con francas tendencias depresivas y derivado de una muy baja autoestima.
“Hay enojo, frustración, dolor emocional y mucha ansiedad, además de una tendencia a llamar la atención de los adultos y de otros jóvenes. En ocasiones va acompañado de otro tipo de trastornos como la bulimia o la anorexia y puede ser consecuencia del bullying e incluso de abuso sexual”, manifestó la Dra. Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).
De acuerdo con datos de la clínica del organismo, el fenómeno se presenta con mayor frecuencia en niñas y mujeres: “Son jovencitas que padecen escenarios de violencia en sus hogares. Se sienten ignoradas y rechazadas. Para socavar el dolor emocional, que es intenso, comienzan a flagelarse la piel, y con el tiempo, la práctica se vuelve adictiva – ‘hay dolor, pero hay un poco de placer en un mundo que les entrega mucha frustración”, piensan las chicas que practican el cutting”, sostuvo la especialista.
Sotelo Arias explicó que el cutting tuvo un repunte durante la pandemia: “Por el mismo hacinamiento y porque muchos niños y jóvenes padecieron ambientes de hostilidad y agresión en sus hogares desencadenó en muchos casos en escenarios de cutting. También sabemos que el trastorno continúa presentándose en la nueva normalidad”, dijo.
La especialista subrayó que estas lesiones sí pueden poner en riesgo la vida de las jóvenes, y manifiestan una tendencia futura al suicidio.
“Las heridas comienza a ser pequeñas, luego son más profundas e incluso, en un contexto más agudo, a veces pueden ser letales. El cutting o self injury puede hallarse en diversas partes del cuerpo: manos, muñecas, brazos, piernas o en el vientre. Sin embargo, los jóvenes que lo practican suelen esconder las heridas con muñequeras, playeras de manga larga, suéteres o algunos otros accesorios. Además, hemos notado que se ha propagado en las redes sociales donde los jóvenes suelen compartir fotos que muestran sus heridas: por desgracia este medio ha vuelto viral su práctica”, dijo Sotelo Arias.
CEEPI recomienda la observación continua de padres de familia y maestros con el fin de detectar esta práctica y prevenir cualquier práctica que atenta contra la vida de las jóvenes: “Si sucede es que algo está fallando y puede ser muy grave. El problema con certeza está en la dinámica familiar que lleva a las adolescentes a ejercer tales prácticas. Por ello sugerimos no pensarlo demasiado: es indispensable acudir rápido con los especialistas para poner un alto de inmediato al cutting”, concluyó.