Es posible que hayas escuchado: “Eres lo que comes”. Resulta que esta afirmación no está muy lejos de la realidad. De muchas maneras, eres una colección de 30 mil millones de microrganismos en tu intestino y otras partes del cuerpo, comunicándose con tus órganos y sistema inmune, impactando en tu salud general: la microbiota intestinal.
Nuestra microbiota intestinal se compone de un ecosistema de microbios como: bacterias, hongos y virus que viven naturalmente dentro de nosotros, protegiéndonos contra los dañinos gérmenes y ayudando a descomponer nuestros alimentos para liberar energía.
De acuerdo con el Dr. Antonio Rojo, director Médico en Abbott, “Pocas personas conocen que la microbiota intestinal es tan importante como otros órganos de nuestro cuerpo… porque es un órgano escondido”.
La alimentación juega un rol clave en la salud de nuestra microbiota intestinal. Un estudio encontró que los factores dietéticos como las grasas, fibra, almidón, azúcar, probióticos y proteína que consumimos pueden impactar la salud de nuestra microbiota.
Seguro estás pensando, ¿Y esto por qué debería interesarme?
Porque la condición de nuestra microbiota puede afectar tanto la salud física como el riesgo y el resultado de la enfermedad en el caso de la diabetes, la obesidad y la psoriasis.
Y, respecto a la salud mental, la microbiota tiene relación con trastornos del estado de ánimo. Un estudio incluso encontró un vínculo entre los microbios intestinales y la producción de serotonina, sustancia química que promueve la estabilización del estado de ánimo y sueño saludable.
“La nutrición es quizás el factor modificable más significativo en la formación de una microbiota más saludable, que contribuye a crear una versión más sana de ti”, dijo el doctor Rojo.
De hecho, algunos alimentos, como aquellos que contienen fibra dietética, pueden servir de alimento para la mircrobiota (los microrganismos que viven en y sobre el cuerpo humano) mejorando la salud intestinal, mientras otros que contienen proteína pueden promover subproductos potencialmente dañinos que se sientan en el intestino. No es razón para descuidar la proteína diaria que necesitamos, solo debemos pensar mejor en qué consumimos.
También se ha encontrado que los patrones de alimentación saludable que incluyen vegetales ricos en fibra como espinacas y brócoli, nueces, pescado, huevos, semillas y granos enteros están ligados a un microbiota intestinal diversa, y en última instancia, un menor riego de enfermedades crónicas.
Entonces si en verdad eres lo que comes y la microbiota tiene un papel fundamental para tu salud, ayuda a disminuir el riesgo de enfermedad, contribuye a tu salud cerebral y a tu estado de ánimo general, como dice el Dr. Rojo “Tómalo con calma con tu intestino porque trabaja más duro de lo que puedes imaginar”.