La prevalencia de la diabetes gestacional a nivel mundial se estima en 7 por ciento de todos los embarazos, resultando en 200 mil casos anuales, en México, la cifra se reporta entre el 8.7 y 17.7 por ciento, indica el “Diagnóstico y tratamiento de la diabetes en el embarazo”, del IMSS.
Frente a este panorama, investigadores del Departamento de Genética y Biología Molecular del Cinvestav emprendieron un estudio con el propósito caracterizar la microbiota del tracto digestivo del binomio madre e hijo ante un diagnóstico de diabetes gestacional. “Se observó que el tipo de microorganismos presentes son diferentes entre madres sanas y las diagnosticadas con ese padecimiento”, explicó Jaime García Mena, líder de la investigación.
Generalmente los cambios provocados por la diabetes gestacional se observan en el último tercio del embarazo; el padecimiento se diagnostica a partir de la semana 24 debido a modificaciones en las hormonas placentarias que disparan la alteración de la fisiopatología normal del metabolismo de la glucosa, provocando modificaciones en la resistencia a la insulina y en la cantidad de glucosas que se asocian a una microbiota diferente.
Son varios los factores de riesgo relacionados con un probable desarrollo de diabetes gestacional, destacan la obesidad o el sobrepeso, la edad materna avanzada e hipertensión, además las mujeres que sufrieron diabetes gestacional en un embarazo anterior, pueden presentar la misma condición, esto es relevante porque los análisis realizados indican que la presencia de una microbiota alterada conlleva a aumentar o a exacerbar esa fisiopatología.
El diagnóstico de la diabetes gestacional se presenta ante una alteración fisiopatológica y la variación de los microorganismos que integran la microbiota también contribuye a establecer ese trastorno; al estudiar esta condición se observan diversas alteraciones moleculares, por ejemplo, en el transportado de la glucosa y receptor de la insulina.
En cambio, mujeres embarazadas consideradas sanas presentan un mecanismo compensatorio que genera mayor producción de insulina para nivelar los altos niveles de glucosa; esta acción no se observa en aquellas que presentan diabetes gestacional, sostuvo Tizziani Benítez Guerrero, estudiante de doctorado y miembro del equipo de investigación.
Además, los niños producto de una madre con diagnóstico de diabetes durante su gestación tienen mayor riesgo de presentar macrosomía, es decir, nacer con cuatro kilos o más, con probabilidad de padecer obesidad en sus primeros años de vida y mayor disposición de enfrentar alteraciones metabólicas.
También se observa que los microoganismos presentes mayoritariamente en madres con esta condición los transmiten vía leche materna a los bebés, por lo tanto, su primera inoculación bacteriana provoca un cambio en su microbiota inicial.
La leche materna es más que un alimento para nutrir al infante porque también sirve como un elemento de maduración de su sistema inmune en donde intervienen muchas moléculas, algunos factores de crecimiento y bacterias particulares que el organismo de la madre ha seleccionado para preparar una fórmula bacteriana adecuada, contienen información genética para el neonato.
Es claro que la diabetes gestacional genera complicaciones en la madre durante el embarazo, en ocasiones provocar un parto prematuro; en los niños se presenta mayor predisposición a padecer obesidad en sus primeros años de vida, señaló Helga Martínez Corona, otra integrante del grupo científico, estudiante de maestría.
“Aunque no se indica como un tratamiento terapéutico para mujeres con diabetes gestacional (cada vez se documenta más la importancia del primer sembrado de microbiota provisto por la madre a través de la leche materna), una buena aproximación preventiva sería alimentar a esos niños con leche proveniente de un banco especializado, así recibirían la microbiota de un conjunto de mujeres sanas, con el objetivo de dar una mejor oportunidad a los neonatos de recibir una microbiota sin el efecto de la diabetes gestacional, pero eso será parte de un estudio futuro”, sostuvo Jaime García Mena.
El grupo de investigación señaló que caracterizar la microbiota del tracto digestivo de mujeres con diabetes gestacional tiene el propósito de entender cómo se comportan los microorganismos que la integran en la población mexicana y, en consecuencia, explorar como medida preventiva usar leche materna que no provenga de una madre con ese riesgo para generar un beneficio a la salud del neonato.
La investigación se realizó con financiamiento de la Secretaría de Educación, Ciencia Tecnología e Innovación del Gobierno de la Ciudad de México y con la colaboración de Mónica Sierra Martínez y Gustavo Acosta Altamirano adscritos al Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca.
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