minientrada Marginar la salud vascular de las mujeres crea consecuencias clínicas y económicas

El suplemento de género del estudio “Beyond Intervention” analiza por qué es urgente mejorar la equidad en salud para entender la salud cardiovascular de las mujeres. Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en el mundo con alrededor de 18 millones de muertes por año. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que más de las tres cuartas partes de las muertes por estas enfermedades ocurren en países de ingreso bajo y medio.

En México, las causas de fallecimiento varían según la edad y el sexo de las personas; sin embargo, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante 2020 se registraron 1,086,094 muertes, destacando la causa número uno a las enfermedades cardiovasculares, seguidas por complicaciones derivadas  de COVID-19 y diabetes mellitus.

Hay que tener en cuenta que con el rápido envejecimiento de la población y el aumento de la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo asociados, el gasto sanitario seguirá aumentando en los próximos años.

La investigación global multianual ‘Beyond Intervention’ de Abbott informó en su primer año de hallazgos en 2020, que la mayoría de los profesionales de la salud entrevistados expresaron que tomar decisiones oportunas, ya sea en el diagnóstico o en el tratamiento, tiene un mayor impacto en la salud de las personas. Sumado a que las tecnologías avanzadas tienen el potencial de brindar diagnósticos más precisos y tratamientos eficientes para mejorar el estado actual de la salud vascular.

“La necesidad crítica de mejorar la experiencia del paciente se alinea con la prioridad número uno de los líderes de atención médica: la satisfacción del paciente. Al crear soluciones centradas en las personas, la investigación de Abbott muestra que los líderes de atención médica deben enfocarse en adoptar tecnologías que ayuden a los pacientes a monitorear su propia salud de manera proactiva a través de dispositivos que sean asequibles, que puedan estar cubiertos por un seguro, que sean fácilmente accesibles, precisos y de alta calidad”, explicó el Dr. Nick West, director médico y vicepresidente de la división de Asuntos Médicos Vasculares de Abbott.

La última publicación de ‘Beyond Intervention‘ analiza por qué es urgente mejorar la equidad en la salud para comprender mejor la atención de la salud cardiovascular para las mujeres. Además, revela que la equidad en esta materia sigue siendo una preocupación creciente y que un enfoque “único” está desactualizado.

Al respecto, las mujeres con enfermedad en las arterias coronarias (CAD) informaron una experiencia más desafiante que sus contrapartes masculinas en todos los factores encuestados, incluido el acceso a la atención, los factores emocionales y las relaciones con sus médicos. Parte de esto puede estar relacionado con hechos documentados de que los síntomas en las mujeres se presentan de manera diferente y están subrepresentados en los ensayos clínicos.

En estudio publicado por Global Health Action indica que dos de cada tres muertes entre las mujeres se deben a enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas.

Marginar la salud vascular de las mujeres tiene consecuencias clínicas y económicas que se contraponen directamente con el objetivo de mejorar la salud de la población, la experiencia del paciente y la calidad de la atención, además de reducir costos”, explicó el Dr. Héctor Martínez, director del Departamento de Cardiología del Centro Médico de Mayagüez.

Datos de la asociación civil Go Red for Women indican que las enfermedades cardiovasculares afectan a más mujeres que todas las formas de cáncer combinadas y, sin embargo, solo el 44% reconoce que las enfermedades cardiovasculares son su mayor amenaza para la salud. Además, la mayoría de los episodios cardíacos y de accidentes cerebrovasculares se pueden evitar mediante la educación y cambios en el estilo de vida como moverse más, comer de manera inteligente y controlar la presión arterial.

Investigar la carga económica en salud de las enfermedades cardiovasculares desde una perspectiva de género, es parte de una estrategia para mitigar las desigualdades en salud y contribuir al diseño de políticas públicas y programas que ayuden a mejorar los resultados en salud.

Sin duda, cualquier sesgo que contribuya a que los síntomas de una persona sean descartados, hará que los médicos no prescriban los tratamientos adecuados, generando un impacto negativo en la vida de las personas y en la economía en general.

Si bien las mujeres tienen más probabilidades de sufrir consecuencias clínicas y económicas negativas debido a un diagnóstico o tratamiento insuficientes, también tienen un 75 % más de probabilidades de utilizar herramientas digitales para controlar su salud, por lo que existen buenas posibilidades de utilizar e implementar tecnologías novedosas para llegar a más mujeres y cerrar la brecha de diagnóstico y atención.

Infografía: Cortesía

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