Algunas personas sienten cansancio extremo a pesar de dormir bien y lo atribuyen al estrés o a la fatiga cotidiana, cuando en realidad podría tratarse de un signo de anemia o nivel bajo de hemoglobina asociada a una enfermedad grave no detectada.
“En la mayoría de los casos, la presencia de anemia en adultos, que se desarrolla cuando la sangre no produce suficientes glóbulos rojos sanos (eritrocitos) para transportar un nivel adecuado de oxígeno al cuerpo, puede deberse a un padecimiento hematológico como el síndrome mielodisplásico (SMD), lo que provoca dificultad para respirar, mareos, dolor de cabeza, piel pálida, manos y pies fríos, entre otros síntomas”, mencionó el Dr. Daniel Franco de la Torre, especialista del área terapéutica para Hematología en Bristol Myers Squibb México (BMS).
Explicó que el SMD ocurre cuando las células madre productoras de sangre en la médula ósea presentan mutaciones genéticas. Esto hace que sea insuficiente la producción de células sanguíneas sanas y maduras como eritrocitos, leucocitos y plaquetas, lo que además de anemia genera infecciones generalizadas frecuentes o graves, así como moretones o hemorragias sin justificación.
El experto indicó que, aunque se desconoce el número de personas que viven con esta afección en el mundo (su incidencia es de 4.9/100,000 al año), la mayoría son diagnosticadas cerca de los 70 años de edad y sólo 10% con menos de 50, siendo más común en hombres, en quienes recibieron quimioterapias previas, tienen algún trastorno hereditario, fuman o han tenido exposición prolongada a radiación o benceno.
Explicó que existen diferentes tipos de SMD clasificados en muy bajo, bajo, intermedio, alto y muy alto riesgo. Los de alto riesgo tienen más probabilidad de evolucionar hacia una leucemia mieloide aguda (LMA), un tipo de cáncer en la sangre que puede desarrollarse en 1 de cada 3 pacientes, para los cuales el trasplante de médula ósea es el único procedimiento curativo.
Sin embargo, expuso que éste no es elegible para todos los adultos mayores, de modo que el gran reto en investigación es predecir quiénes tendrán un curso agresivo de la enfermedad y buscar nuevas opciones terapéuticas para ellos.
“La elección del tratamiento, por parte del médico hematólogo, se basa en el nivel de riesgo de mortalidad, edad, comorbilidades, progresión hacia LMA y preferencia del paciente”. Éste puede consistir en espera vigilante (no hay intervención inmediata), transfusión de glóbulos rojos o plaquetas, terapia para aliviar los síntomas, trasplante de médula ósea y participación en ensayos clínicos.
Prioritario reducir las transfusiones por anemia
La anemia es el principal signo observado en 85% de los casos con síndrome mielodisplásico –es causa de muerte en quienes tienen edad avanzada–, muchos de los cuales requieren transfusiones para reemplazar temporalmente los glóbulos rojos maduros que faltan, pero no ayudan al cuerpo a producirlos.
“Es una medida rápida y eficaz, pero es un recurso limitado y no está exento de complicaciones. Administrarlo por tiempo prolongado provoca, entre otras cosas, exceso de hierro que puede acumularse en hígado, corazón y cerebro, afectando su funcionamiento”, advirtió el Dr. Franco de la Torre. En ese sentido, dijo que existen medicamentos que estimulan la fabricación de glóbulos rojos o eritrocitos en la médula ósea (agentes estimulantes de la eritropoyesis), otros que aumentan los niveles de hemoglobina3 y los que ayudan a producir más células sanguíneas maduras y saludables (agentes de maduración de glóbulos rojos).
Este último es un nuevo tratamiento para adultos con SMD con sideroblastos en anillo (eritrocitos con anillos de depósito de hierro alrededor de su núcleo celular) de bajo riesgo que no son candidatos a agentes estimulantes de la eritropoyesis o tuvieron respuesta insuficiente.
“La dependencia a transfusiones sanguíneas a menudo implica largas y frecuentes visitas al hospital que supone peligros para la salud, la economía y la calidad de vida de los pacientes. Hoy, se cuenta con agentes de maduración de glóbulos rojos que reducen significativamente estos eventos y, con ello, el impacto sobre el aporte limitado de sangre que prevalece en el mundo”, destacó.
Como en su etapa inicial el síndrome mielodisplásico es silencioso, con frecuencia pasa desapercibido y, dado que sus síntomas son muy variados, diagnosticarlo no es tarea fácil porque puede confundirse con otros padecimientos. Es hasta que se realizan análisis de sangre de rutina que es descubierto por casualidad.
Destacó que, como parte de sus acciones de responsabilidad social, Bristol Myers Squibb continuamente realiza sesiones académicas para actualizar a la comunidad médica respecto a los avances en el tratamiento de ésta y otras enfermedades hematológicas como la beta talasemia, trastorno sanguíneo hereditario trasmitido de padres a hijos y que, al igual que en el SMD de bajo riesgo, deriva en anemia.
Por ello, ante la necesidad de mejorar el diagnóstico y tratamiento de ambas condiciones de salud, adelantó que el próximo 11 y 12 de noviembre, en la ciudad de Querétaro, la compañía hará una jornada de educación médica para 50 hematólogos de instituciones públicas y privadas en México, los cuales tendrán oportunidad de compartir experiencia y conocimientos con destacados colegas nacionales, así como de Estados Unidos, España, Alemania e Italia.
Por otro lado, agregó que existe un gran desconocimiento sobre este tipo de afecciones de la sangre, de ahí la necesidad de generar campañas que no sólo promuevan la consulta oportuna con el hematólogo, sino que también hagan visible los aspectos físicos, sociales y emocionales a los que se enfrentan en el día a día los pacientes, sus familiares y cuidadores.
La conmemoración de los días mundiales son una fecha relevante para continuar impulsando la importancia de que los adultos mayores con síndrome mielodisplásico o beta talasemia vivan sin limitaciones. Esto implica que “facilitar el acceder a pruebas diagnósticas y terapias innovadoras que tengan un impacto positivo en su salud y calidad de vida”, concluyó.