Secuelas de COVID-19 redefinen atención de pacientes con asma y EPOC

Aunque los síntomas de la fase aguda de COVID-19 están bien estudiados, las secuelas a largo plazo aún no están claramente definidas ni su interrelación con enfermedades respiratorias crónicas, como asma y EPOC, sobre todo cuando éstas no se encuentran adecuadamente controladas.

Algunas de los síntomas del síndrome post COVID-19 pueden ser psiquiátricos, dermatológicos, alteraciones del gusto y el olfato, dolor de pecho, colesterol alto, presión alta, y algunos neurológicos como alteraciones de la memoria, trastornos del sueño, debilidad, entre otras y para tener un tratamiento es necesario evitar fumar y reducir ambientes contaminados, realizar ejercicio, evitar cambios bruscos de temperatura y tener una dieta balanceada.

Con el objetivo de analizar dicha interrelación, la Sociedad Mexicana de Neumología y Cirugía de Tórax (SMNyCT) y Boehringer Ingelheim reunieron a expertos neumólogos de México, Centroamérica y El Caribe en la Alianza de Expertos en Neumología (ADEN) 2022.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, las enfermedades respiratorias crónicas (ERC) son las principales causas de discapacidad y muerte en el continente. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el asma están entre los más prevalentes en América Latina, las cuales alcanzan tasas de 14% y 17% respectivamente, lo que las coloca entre los padecimientos más comunes en la región.

En México se estima que el 7% de la población vive con asma, mientras que en EPOC la cifra llega casi al 8%. De hecho, tan solo la EPOC representa una de las primeras 10 causas de muerte en el país, con una tasa de mortalidad de 21.55 por cada 100 mil habitantes. Desafortunadamente, ambos padecimientos son altamente subdiagnosticados: 40% para asma y 80% para EPOC.

La presencia de EPOC  y de asma se confirma con una prueba diagnóstica, llamada “espirometría”, que mide la cantidad y la velocidad del aire en una respiración (inspiración y expiración).

“Por su alto nivel de subdiagnóstico, es muy probable que muchos pacientes sufran una enfermedad crónica como asma y EPOC que, al no estar diagnosticada, tampoco se trata adecuadamente, lo que los pone en un mayor riesgo si llegan a contraer una infección respiratoria”, resaltó el doctor Vázquez.

Al sub-disgnóstico se agrega, además, la falta de un seguimiento adecuado del tratamiento. En México, por ejemplo, solamente el 50% de los pacientes con asma y EPOC tiene un correcto apego al mismo, lo que provoca exacerbaciones y complicaciones que ponen en riesgo la vida.

Por su parte, el Dr. Luis Septién, neumólogo al Servicio de Neumología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, señaló que “la falta de un adecuado seguimiento, ya sea por la dificultad para lograr acceso a la atención médica o por la falta de disciplina de los pacientes, se suma a los efectos de largo plazo de asma y EPOC”.

Indicó que la falta de adherencia al tratamiento, en el caso de los pacientes con EPOC, se debe a factores relacionados con el tratamiento como los aspecto sociales y económicos, así como factores relacionados con el paciente como la edad avanzada, deterioro cognitivo o dificultad para usar el dispositivo.

Subrayó que los pacientes jóvenes que padecen asma se adhieren menos al tratamiento, así como los fumadores, ocasionando mayores síntomas y progresión de la enfermedad y una rápida disminución de la función pulmonar.

Los especialistas indicaron que es necesario que las autoridades competentes emitan información y recomendaciones para que las personas que padecen asma y EPOC en México conozcan el factor de riesgo adicional que presentan y continúen con su seguimiento médico y respectivos tratamientos.

Puntualizaron que el asesoramiento y visita puntual al neumólogo de cabecera facilitará que los pacientes con asma o EPOC tengan mejores resultados en el largo plazo.

“Adicionalmente, la COVID-19 provocó un uso irracional de corticosteroides, que, si bien ayudan en casos graves, no son el tratamiento ideal de largo plazo para todos los pacientes”, explicó, “una vez que se superaron los efectos más agudos de la COVID-19, los pacientes deben evaluar con su médico cómo y cuándo regresar a su tratamiento normal”, subrayó el Dr. Vázquez.

La Dra. Guillermina Muñoz, directora médica de Boehringer Ingelheim para México, Centroamérica y El Caribe, resaltó: “Una vez más, refrendamos nuestro compromiso con la educación médica continua, de la misma forma en que lo hemos hecho a lo largo de más de 100 años de experiencia en el campo de productos respiratorios”.

 

 

 

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