En México, el cáncer de pulmón es un problema de salud pública, tan solo en 2020 registró más de siete mil nuevos casos y más de siete mil fallecimientos, colocándose como uno de los 10 tipos de cáncer con mayor incidencia y ocupando el cuarto lugar en número de muertes por cáncer. A nivel mundial representó la primera causa de muerte y se estima que afecta a más de 2.3 millones de personas cada año.
A pesar de los avances recientes, es uno de los cánceres más difíciles de tratar; por ello, los pacientes enfrentan desafíos que provocan retrasos en el diagnóstico y la atención, lo que les impide recibir el tratamiento adecuado en el momento oportuno.
La Dra. Isabela Rivas, líder médico para cáncer de pulmón de Roche México, señaló que el cáncer de pulmón es una enfermedad compleja, con diferentes subtipos que afectan de manera diferente a cada paciente y es con la ayuda de pruebas y herramientas de diagnóstico sofisticadas, de biomarcadores, que hoy ya es posible detectar y tratar alteraciones genómicas específicas al adecuar los tratamientos médicos a las características individuales de cada persona.
“Es imprescindible trabajar en comunidad para lograr una atención efectiva, oportuna y de calidad a las personas con cáncer. Roche está introduciendo enfoques de tratamiento dirigidos a diferentes características genéticas o vías inmunitarias de la enfermedad. Estos avances han transformado el panorama de las enfermedades y han mejorado los resultados de supervivencia de las personas”, indicó la Dra. Rivas.
En el pasado, las personas con el mismo tipo de cáncer generalmente recibían el mismo tratamiento. Con el tiempo, los médicos observaron que dichos tratamientos funcionan mejor para algunas personas que para otras, debido a las diferencias genéticas del tumor. En la actualidad un médico puede personalizar el tratamiento de acuerdo con la información derivada de los genes del tumor. “Actualmente hay tratamiento para por lo menos 10 mutaciones de genes, responsables del cáncer de pulmón”.
La medicina personalizada, la cual no solo se refiere al tratamiento y prevención de las enfermedades para los pacientes, también significa replantear los sistemas de salud para futuras generaciones.
Ésta permite elegir las pruebas de diagnóstico para poder relacionar el tipo de cáncer con los genes, lo que contribuye a lograr un tratamiento más eficaz, provocar menos efectos secundarios y reducir la probabilidad de que el cáncer regrese (riesgo de recurrencia).
Por su parte Miryana Pérez Vela Nieto, directora de Programas de la Fundación De Alba, señaló que en el estudio “Cáncer y desigualdades sociales en México 2020”, elaborado por la Red de Estudios sobre Desigualdades del Colmex, reveló que la incidencia del cáncer, en general, es mayor en regiones de ingresos medios y altos; sin embargo, en zonas menos desarrolladas hay mayor mortalidad y se vive en contextos menos propicios para prevenirlo.
Pérez hizo un llamado para crear fuentes de financiamiento idóneo para la atención de los pacientes con cáncer de pulmón en México. “El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) al tabaco debe ser analizado y valorado como una alternativa de financiamiento viable y factible, a través del cual los gobiernos estatales puedan acceder a él y tomar su responsabilidad, a fin de fortalecer las estrategias de prevención, detección y atención del cáncer de pulmón”.