El cáncer es la principal causa de muerte en todo el mundo. En los países en desarrollo, se estima un aumento en la incidencia del cáncer de 80%, por lo que, para 2030, se espera que existan más de 20 millones de casos. En México, el cáncer es la tercera causa de muerte, con 12% del total de las defunciones y cada año se esperan 148 mil nuevos casos de cáncer (65.5 mil en hombres y 82.4 mil en mujeres).
Debido a los cambios en el crecimiento y el envejecimiento de la población, la OMS estima que para el 2040, los casos podrían llegar a los 30 millones anuales. No obstante, esos números, así como los de defunciones, podrían reducirse significativamente, ya que se calcula que entre 30% y 50% de los cánceres son prevenibles mediante la adopción de hábitos saludables, diagnósticos oportunos y tratamientos personalizados.
El doctor Luis Felipe Reyes, gerente médico de Janssen México, explicó que, a nivel mundial, el cáncer es una enfermedad que va en aumento y es considerada como una de las principales causas de muerte. “En Janssen, estamos comprometidos, desde hace más de 30 años, a enfrentar los desafíos de salud más difíciles y construir un futuro donde la enfermedad sea cosa del pasado y logremos eliminar el cáncer. Para lograr esto, estamos impulsando un cambio sostenible, reuniendo a las mejores mentes científicas del mundo, invirtiendo en nuestra comunidad para fomentar la próxima generación de científicos y cerrando las brechas de equidad en salud en la investigación y el desarrollo para mejorar la accesibilidad a nuestros medicamentos innovadores contra este padecimiento, lo cual conduciría a los mejores resultados de salud para todos”.
Ante ello, es importante conmemorar cada 4 de febrero el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer, que, desde 2022 y hasta 2024, tendrá como tema oficial cerrar la brecha de atención y, específicamente este año, el enfoque en particular será unir voces y tomar medidas para celebrar el progreso del mundo real y permitir que ese impulso sea el combustible de esta lucha.
“La medicina de precisión es una de nuestras innovaciones más importantes en oncología, centrada en reconocer que cada paciente es único y que las diferencias individuales en sus genes, entornos y estilos de vida deben considerarse en los tratamientos específicos que reciben para que sean más eficaces y seguros”, comentó el Dr. Reyes.
Esta estrategia terapéutica se basa en conocer a detalle a cada paciente y a que la forma de abordar el cáncer debe ser personalizada e integral; por eso, las investigaciones de los últimos años se enfocan en la medicina de precisión para seguir dando soluciones innovadoras a cada una de las personas. Y es que, la genética, el tipo de cáncer y el ambiente de cada paciente influyen en el diagnóstico, la eficacia del tratamiento, el pronóstico y la manifestación de efectos adversos.
Janssen, pionero en el tratamiento del cáncer de próstata, uno de los más mortales para el género masculino, con una incidencia para 2020 de 11.5 por cada 100,000 hombres, considera que la neoplasia de próstata es una enfermedad en evolución y que el recorrido de cada paciente debe ser individualizado.
Lo mismo ocurre con otros tipos de cáncer hematológicos, como el mieloma múltiple, la segunda enfermedad hematológica en orden de frecuencia en el mundo y una de las afecciones malignas en la que se han alcanzado mayores progresos en los últimos 15 años gracias a la incorporación de nuevos avances con mecanismos de acción que permiten optimizar y personalizar el tratamiento con el fin de mejorar los resultados para cada paciente.
La medicina personalizada de precisión para el cáncer utiliza información específica del tumor de una persona con el objetivo de facilitar el diagnóstico, planear y determinar cuál es el tratamiento más eficaz o dar un pronóstico real y certero. Los beneficios de este tipo de innovación son aportar eficiencia y valor al sistema de atención de salud ya que contribuye a evitar tratamientos ineficaces, respaldando una gestión más efectiva.
Este tipo de medicina dirige su capacidad a encontrar marcadores genéticos del tipo de cáncer de cada paciente, así como características específicas de tumores y poder identificar cambios genéticos en el ADN (ácido desoxirribonucléico) de los tumores para determinar patrones que podrían incluso, predecir el cáncer.