La pérdida del olfato no es un síntoma exclusivo de la COVID-19. ¡Entérate de qué se trata!

 

En el marco del Día Mundial de la Anosmia, que se conmemora cada 27 de febrero, especialistas en salud hicieron un llamado a visibilizar el impacto de padecimientos como la rinosinusitis crónica con poliposis nasal (RSCcPN), el cual afecta significativamente el olfato de los pacientes que la padecen.

Con una incidencia estimada del 2 al 5% de la población adulta en México, la RSCcPN es una enfermedad crónica que provoca la inflamación de la mucosa nasal y de los senos paranasales como una respuesta excesiva del sistema inmunitario.

Entre los síntomas más característicos de este padecimiento podemos encontrar congestión y/o obstrucción nasal, descarga retronasal, opresión facial, dolor de cabeza y la pérdida parcial o total del olfato, también conocida como anosmia.

Y es que justo al entender la anosmia se destaca la relevancia que tiene el olfato.  Gracias a este sentido, tenemos la posibilidad de registrar aproximadamente 10 mil olores. Asimismo, el gusto de los sabores de los alimentos se ve influenciado de manera directa por la percepción olfativa.

Y no solo eso, el olfato también nos permite estar alertas ante ciertos peligros, como detectar una fuga de gas, un cable quemado, un incendio o si un alimento que huele mal puede estar echado a perder.

Estos son solo algunos ejemplos que ponen de manifiesto las repercusiones que la RSCcPN tiene en diferentes esferas de la vida. “El sentido del olfato es una capacidad de la que tomamos mayor conciencia a raíz de la pandemia. Actualmente, muchas personas asocian la pérdida del olfato a sospecha de COVID-19; sin embargo, padecimientos como RSCcPN también afectan esta facultad”, destacó el Dr. Andrés Sadek, otorrinolaringólogo del Hospital Ángeles Pedregal.

“Quienes viven con anosmia como consecuencia de la RSCcPN tienen dificultad en áreas como la alimentación, endulzando o añadiendo más sal a los alimentos, lo que puede agudizar cuadros de diabetes o hipertensión. En temas de seguridad física, se sabe que hasta un 60% de las personas con anosmia se les dificulta percatarse de una fuga de gas o el humo”, puntualizó el Dr. Sadek.

Por su parte, el Dr. Said Arablin, gerente médico de Inmunología de Sanofi, enfatizó que es vital, no solo la atención oportuna de la RSCcPN sino la confirmación de comorbilidades que son comunes en este tipo de padecimientos causados por la inflamación tipo 2 como asma o rinitis alérgica, que suelen presentarse en la mitad de los casos.

El Dr. Arablin añadió que, ante este panorama, es imprescindible que las personas acudan a consulta con un especialista, con el fin de recibir un diagnóstico y atención adecuados y resaltó que, si bien la RSCcPN es una enfermedad crónica y recidivante a pesar incluso de varios tratamientos quirúrgicos, los avances en la ciencia han desarrollado opciones terapéuticas que permiten un control óptimo de la enfermedad.

Tal es el caso de dupilumab, una nueva alternativa terapéutica que bloquea la inflamación tipo 2 y que permite un control óptimo y largo plazo de los pacientes que padecen RSCcPN.

Ensayos clínicos han demostrado la eficacia de este anticuerpo monoclonal para reducir el tamaño de los pólipos nasales en el primer año de tratamiento y más del 66% de los pacientes recuperaron el olfato en tan solo seis meses.

Hoy tenemos la oportunidad de incidir en el control óptimo de los padecimientos originados por la inflamación tipo 2 y evitar cirugías que pueden llegar a ser delicadas o cuyos efectos solo son temporales, concluyó el especialista.

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