Si has tenido dificultades con tu pequeño a la hora de la siesta o de dormir, seguro te has preguntado qué pasa. De acuerdo con especialistas en sueño infantil de Chicco: “El sueño es un proceso evolutivo que cambia a lo largo de los meses en cuanto a duración y calidad y es esencial para el crecimiento y el desarrollo saludable de los niños. Durante el sueño el cuerpo se recupera y el cerebro procesa y consolida la información aprendida durante el día. Por lo tanto, una cantidad adecuada de sueño es crucial para su rendimiento físico y bienestar emocional”.
A medida que los niños crecen, su patrón de sueño también cambia. Los recién nacidos y los bebés tienen ciclos de sueño cortos, que consisten en períodos de sueño ligero y sueño REM (movimiento rápido de los ojos), mientras que los niños más grandes y los adultos tienen ciclos de sueño más largos que alternan entre sueño REM y sueño profundo.
Durante el primer mes, el sueño suele ser inconstante y con muchas interrupciones, es decir, que despierta de forma recurrente. Usualmente, los bebés duermen durante gran parte del día y la noche y, aunque suele tener excepciones, tiende a despertar alrededor de cada 3 horas para comer.
De acuerdo con la National Sleep Foundation y la American Academy of Sleep Medicine, las horas de sueño recomendadas para los recién nacidos es de 14 a17 horas.
De 3 a 6 meses los bebés de esta edad suelen dormir por períodos más prolongados de tiempo y con menos interrupciones. Además, se reducen las horas de sueño durante el día. Las horas de sueño recomendadas para esta edad es de 12 a 15.
Hasta el primer año de vida la rutina de sueño de tu pequeño ya debe estar mucho más estandarizada. Las horas de sueño recomendadas son 13; sin embargo, debe estar distribuidas entre la noche y dos siestas durante el día.
Con el paso de los años, tu pequeño irá reforzando sus hábitos de sueño, por eso, es fundamental que, durante los primeros meses y años de su vida, seas tan constante como puedas al momento de establecer la rutina de sueño.
¿Pero, por que le cuesta trabajo dormir a los niños?
“En edades tempranas, como los recién nacidos esto puede deberse a que dormir es visto como separación. Los niños se sienten protegidos en los brazos o compañía de sus padres y, al no ser por completo conscientes de su entorno, pueden tener la percepción o temor de que mientras duerme, todo lo que es familiar para ellos desaparecerá”, indican los especialistas de sueño de Chicco.
Los problemas más comunes en niños de edades más grandes son el insomnio, despertares nocturnos y las pesadillas, sin embargo, los trastornos del sueño también pueden ser causados por factores ambientales, como la luz y el ruido en la habitación del niño, o por factores médicos, como asma y alergias.
La falta de sueño en los niños sin duda impacta en el bienestar físico y emocional también de los padres, ya que te enfrentas al reto de querer tranquilizar al niño y hacerle saber que estás a su lado, mientras sientes la necesidad de dormir.
Motivo de la falta de sueño
Hay tantas teorías y métodos para hacer que los niños duerman que sería complejo hacer que todas cupieran en un solo manual. Algunos padres han probado todo lo que hay, desde jarabes, hasta varios somníferos, y terminan haciendo uso de un colecho o algunos otros métodos. Algunas de las causas que podrían estar provocando los problemas de sueño son:
- Problemas médicos: Algunas afecciones médicas, como el asma, la apnea del sueño, el reflujo gastroesofágico, la alergia y el dolor de oído, pueden causar dificultades para dormir.
- Problemas psicológicos: El estrés, la ansiedad, la depresión y otros problemas emocionales pueden afectar el sueño de los niños.
- Problemas de comportamiento: El mal hábito de dormir tarde, ver la televisión o usar dispositivos electrónicos antes de dormir, así como los cambios en la rutina, pueden causar problemas de sueño.
- Problemas ambientales: La temperatura, la luz y el ruido en la habitación del niño pueden afectar su sueño.
- Problemas alimentarios: Consumir alimentos con azúcar antes de dormir puede causar dificultades para conciliar el sueño.
Desarrolla un ritual de sueño ideal para tu bebé
- Si eres papá / mamá intenta relajarte ante el problema, a veces estamos tan preocupados que transmitimos nuestra ansiedad a nuestro hijo, a quien luego le resulta aún más difícil conciliar el sueño.
- Prestar atención al ambiente, la habitación de un niño debe ser silenciosa con poca luz. Las lámparas con poca luz, las lámparas de noche con proyector o las luces para bebé pueden ser grandes aliados.
- Los sonidos son tan importantes como la iluminación. A los niños pequeños les encanta la música suave que los relaja. La voz de mamá o de papá son la música favorita de cualquier bebé, pero las cajas de música son un buen sustituto, especialmente los suaves y melódicos. Incluso existen peluches con luz, sonido y una textura relajante para tu pequeño.
- Los móviles de cuna que son útiles para captar la atención de un bebé durante el día actúan como un audio estímulo por la noche. El bebé no puede verlo, pero puede oírlo.
- Selecciona un llamado “objeto de transición”, a menudo es elegido espontáneamente por los niños para ayudarlos a dormir. Puede tratarse de un juguete de peluche, una muñeca o un objeto blando. Los niños buscan su objeto de transición antes acostarse, ya que les ofrece tranquilidad, les hace compañía y les ayuda en caso de que se despierten durante la noche. Los objetos de transición pueden actuar como sustituto del contacto físico con los adultos.
- Es crucial, desde los primeros meses de vida de un bebé, establecer un ritual o rutina clara a la hora de acostarse.
- En edades tempranas el colecho es una buena práctica (dormir en la misma habitación, pero en otra cama o cuna) que les dan a los bebés un espacio cómodo y seguro cerca de sus padres.
Fotos: Cortesía