Mujeres, un grupo vulnerable ante la infección por VIH en México

Cada semana alrededor de 4,900 mujeres entre 15 y 24 años adquieren el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) a nivel mundial. Tan solo en México, en 2021 se registraron 766 muertes de mujeres relacionadas con esta infección, de estas muertes, el 97.7% se asociaron a una transmisión del virus vía sexual.

De acuerdo con AIDS Healthcare Foundation México, 90% de las mujeres que adquieren la infección ha sido a través de su pareja estable, debido a que las posibilidades de adquirir el virus incrementan al no conocer el estado serológico de su compañero o compañera.   

Por otro lado, el Programa “Mujer, Salud y Desarrollo” de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que, para tener un mejor entendimiento del impacto del VIH en la vida de las mujeres, debe sumarse también el factor de vulnerabilidad al VIH; un concepto que se relaciona con el entorno social y dónde las inequidades por género, como la distribución de recursos económicos o el acceso a servicios de salud, resaltan aún más.

El Dr. Marco Banda, gerente Médico para la franquicia de VIH en GSK / ViiV HealthCare México, mencionó que “es importante que las mujeres con una vida sexual activa, sin importar el número de parejas ni la estabilidad de estas, tomen las riendas de su salud sexual incluyendo en sus chequeos médicos, pruebas de detección de enfermedades de transmisión sexual para así diagnosticar y tratar oportunamente estos padecimientos”.

Por su parte Hilda Esquivel de la Comunidad Internacional de Mujeres que viven con VIH (ICW por sus siglas en inglés), única red mundial de y para mujeres que viven con esta enfermedad, externó que “el derecho a la salud es una constante demanda y acción de las mujeres con VIH, levantando sus voces por las que callan, por las que ya no están”.

En la coyuntura de esta conmemoración internacional, Esquivel resalta algunos de los principios de ICW como la necesidad de contar con acceso fácil y asequible a los servicios de salud integral; incluir en cualquier definición de SIDA los síntomas y manifestaciones clínicas específicas de la mujer; así como el reconocimiento de los derechos fundamentales de toda mujer viviendo con VIH/SIDA particularmente aquellas en prisión, las usuarias de drogas, entre otros.

“Aunque queda mucho por avanzar, tenemos claro que nada de lo que se planeé o haga para nosotras, puede hacerse sin nosotras”, finaliza Esquivel.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *