Se calcula que más de 2.5 millones de mexicanos padecen psoriasis, una enfermedad que afecta no solo a la piel, ya que está asociada a comorbilidades como artritis, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico y trastornos psiquiátricos entre otros, por lo que es muy importante acudir con un especialista en dermatología para determinar la situación de cada paciente, quien puede tardar hasta ocho años en ser diagnosticado con este padecimiento.
Al respecto, la doctora Minerva Gómez, ex presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD), detalló que la psoriasis se caracteriza por áreas rojas en forma de parche cubiertas con escamas blancas, cuyas causas se deben, principalmente, a factores genéticos hasta en un 40% – se han identificado hasta 20 genes que predisponen el desarrollo de la enfermedad-, y el resto se asocia a factores externos como traumatismos, estrés, obesidad, luz solar, invierno (clima), hábitos como el alcoholismo y tabaquismo, infecciones bacterianas de garganta (por estreptococo), así como el consumo de medicamentos con litio, antihipertensivos, antipalúdicos y antiinflamatorios.
Gómez Flores, también ex presidenta de la Academia Mexicana de la Dermatología (AMD), señaló que la psoriasis es una enfermedad inflamatoria, sistémica y crónica que consiste en un trastorno que acelera el ciclo de crecimiento de las células de la piel, lo cual ocasiona áreas gruesas y escamosas que generan picazón y dolor, además de que las escamas se agrietan y producen sangrados.
A pesar de que psoriasis es una enfermedad no contagiosa, Jorge Espinoza de los Monteros -quien la padece desde hace 40 años- comparte que algunas personas se alejan “porque creen que se trata de algo que se puede contagiar, lo cual es completamente falso”.
El Licenciado en Administración de Empresas de 52 años, apuntó en conferencia de prensa que “lamentablemente mucha gente evita el contacto físico con nosotros al ver las lesiones, lo cual evidentemente tiene un impacto emocional que puede afectar la autoestima cuando no se cuenta con un tratamiento integral; es decir que también cubra la parte emocional además de la terapia medicinal”.
Jorge expuso que son muy drásticos los cambios que implica la psoriasis en la vida diaria, que van desde empezar a tapar partes del cuerpo, hasta evitar deportes de contacto e incluso usar ropa holgada que cubra todo el cuerpo. “El sueño y las relaciones personales, incluyendo algunas veces la vida sexual, también se ven afectadas lo que deriva en un mal desempeño en el trabajo o la escuela”.
En su oportunidad, el Dr. Ricardo Quiñones, director del Instituto Dermatológico de Jalisco, comentó que existen dos tipos de psoriasis: la leve, cuando el área afectada de la superficie cutánea es menor al 10%; y la moderada-severa, cuando se excede este porcentaje.
En el primer caso los tratamientos consisten en lociones, cremas, ungüentos y champús y para la psoriasis de moderada a severa, además se requiere de un tratamiento sistémico con medicamentos por vía oral o inyectados de tipo biológico, estos últimos creados a partir de biotecnología con efectos muy específicos que buscan mejorar considerablemente la calidad de vida de los pacientes.
El especialista también resaltó la importancia de un diagnóstico temprano que permita a los pacientes recibir un tratamiento personalizado para tener brotes más espaciados y mejor respuesta a las terapias, así como acudir a fundaciones o grupos de apoyo para recibir orientación e información para ellos y sus familias. Mostró que con un tratamiento adecuado el paciente puede disminuir considerablemente las placas en dos meses.
Finalmente, el doctor Josué León, gerente médico de LEO Pharma, destacó el compromiso de la biofarmacéutica de origen danés con la investigación y la educación médica continua con el objetivo de desarrollar mejores tratamientos y soluciones a los pacientes que viven con psoriasis.