minientrada En México, 18% de la población en edad productiva sufre un trastorno mental

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 450 millones de personas en el mundo sufren de un trastorno mental o de la conducta; en México, un 18% de la población urbana en edad productiva (15 – 64 años) sufre algún trastorno del estado de ánimo, como depresión, ansiedad, demencia o fobia, motivo por el cual es urgente un aumento en la inversión en salud mental.

De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C, entre 2013 y 2021, México asignó, en promedio, solo 2.1% del presupuesto de la Secretaría de Salud para atender la salud mental, lo que pone de manifiesto la brecha existente entre las necesidades de atención de los trastornos mentales y los recursos disponibles.

Durante el acto inaugural de este seminario dirigido a medios de comunicación, Sara Montero López, directora general de Lundbeck México, Centroamérica y Países Andinos, afirmó que “no obstante que la salud mental es una necesidad básica del ser humano, el estigma hacia las enfermedades mentales, así como la falta de recursos, infraestructura hospitalaria, atención médica especializada y acceso al tratamiento adecuado, obstaculizan la integración de las personas a la sociedad”. 

La salud mental es un fenómeno complejo determinado por múltiples factores sociales, ambientales, biológicos y psicológicos, e incluye padecimientos como la depresión, la ansiedad, la epilepsia, las demencias, la esquizofrenia, algunos de los cuales se han incrementado en los últimos tiempos.

Sara Montero agregó que “en Lundbeck estamos comprometidos a gestionar los desafíos sociales y contribuir a siete de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Nuestra estrategia tiene como objetivo asegurar que mitigamos nuestros riesgos de sustentabilidad más significativos y los impactos adversos relacionados con estos desafíos. Buscamos eliminar la desigualdad y as barreras en el acceso, además de eliminar el estigma que existe alrededor de las enfermedades mentales”. 

LA BIOGÉNESIS DE LA DEPRESIÓN

En su participación el Dr. Aldo Suárez, médico psiquiatra y socio fundador de Avalon, Vinculación en Salud Mental, explicó que la depresión “es un trastorno del estado de ánimo frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración”. 

Agregó que “no existe una causa única que genere el estado de depresión, sino que existen factores predisponentes, precipitantes y mantenedores tanto a nivel biológico como psicológico y social, por lo tanto, se dice que suele ser multifactorial. Cuando se habla de la influencia de factores biológicos en la depresión se tienen en cuenta diferentes alteraciones a nivel genético, estructural u hormonal que pueden estar interviniendo”.

De acuerdo con el Dr. Aldo Suárez, se puede decir que existe una vulnerabilidad biológica o genética a padecer la depresión cuando a nivel familiar han existido varios casos de depresión, por lo que parece existir una relación entre depresión y herencia. Sin embargo, a menos que las condiciones ambientales también la favorezcan, las posibilidades de padecerla serían bajas, es decir que no necesariamente tiene porqué aparecer.

“Pueden existir disfunciones en la neurotransmisión cerebral. Problemas en la recepción del neurotransmisor o alteraciones en los transportadores de serotonina y dopamina son hipótesis muy asentadas, aunque en los últimos años se está investigando la validez de estas”.

En México, 3.6 millones de personas adultas padecen depresión; de ellas, uno por ciento son casos severos. Asimismo, ocupa el primer lugar de discapacidad para las mujeres y el noveno para los hombres. La depresión tiene una alta coocurrencia con otros trastornos como la ansiedad y el consumo de sustancias, con importantes costos económicos y sociales.

ESQUIZOFRENIA, LA OTRA REALIDAD

La Dra. Marisa Morales, médico psiquiatra y vicepresidenta de la Asociación Psiquiátrica Mexicana del Noroeste, explicó que “la esquizofrenia es un trastorno mental grave caracterizado por una distorsión del pensamiento, percepciones y emociones, así como del lenguaje, la conciencia propia y la conducta. Algunas de las experiencias más frecuentes son las alucinaciones (oír voces o ver cosas inexistentes) y los delirios (creencias erróneas y persistentes)”. 

En general, la esquizofrenia se asocia a una discapacidad considerable y puede afectar al desempeño educativo y laboral. En México, se calcula que más de 1 millón de personas viven con esquizofrenia.

La especialista comentó que “existen diferentes tipos de esquizofrenia, los cuales son definidos a partir de los síntomas que presentan: Esquizofrenia paranoica en donde la persona se siente extremadamente sospechosa, perseguida, o con sentimientos de grandiosidad, o siente una combinación de estas emociones; Esquizofrenia desorganizada, en la cual la persona es frecuentemente incoherente en el hablar y en el pensar, pero puede que no tenga alucinaciones”.

Esquizofrenia catatónica, en donde la persona está alienada, silenciosa, negativa y frecuentemente asume posiciones del cuerpo extrañas. Esquizofrenia residual en donde la persona ya no experimenta alucinaciones, pero no siente motivación ni interés por la vida; y el Trastorno esquizoafectivo a través del cual la persona tiene ambos síntomas de la esquizofrenia y de trastorno mayor de ánimo tal como la depresión”.

En general, “la esquizofrenia se asocia a una discapacidad considerable y puede afectar al desempeño educativo y laboral. Las personas que padecen esquizofrenia tienen una probabilidad de 2 a 3 veces mayor de morir prematuramente que la población general, a menudo por causa de enfermedades físicas tales como enfermedades cardiovasculares, metabólicas o infecciosas,” concluyó la especialista.

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