El Día del Farmacéutico cobra relevancia gracias a la iniciativa de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP por sus siglas en inglés) con el espacio para reconocer y valorar el papel fundamental que desempeñan los farmacéuticos en nuestro sistema de salud.
Los farmacéuticos son profesionales excepcionales que forman parte integral del entorno médico. Su experiencia y conocimientos abarcan todo lo relacionado con los medicamentos: desde su producción, su conservación, control de calidad, dispensación y su uso en la atención de la salud humana. Su dedicación es crucial para garantizar que los medicamentos sean seguros y efectivos.
La colaboración estrecha entre médicos y farmacéuticos se erige como un pilar fundamental para garantizar la seguridad y eficacia de los tratamientos médicos, al tiempo que impulsa un enfoque más personalizado y eficiente en la atención médica. En este sentido, el Dr. Jaime Agustín González, vocero especializado de PiSA Farmacéutica, subraya la importancia de reconocer que la prescripción de medicamentos es una responsabilidad exclusiva de los médicos, ya que un medicamento aparentemente inofensivo puede conllevar riesgos significativos, como la elevación de la presión arterial, daño cardíaco o incluso desencadenar un derrame cerebral.
Automedicarse conlleva peligros como la aparición de úlceras gástricas por el uso inadecuado de aspirinas, daño hepático o renal debido a medicamentos inapropiados, y el problema internacional de la multirresistencia a los antibióticos, que se originó en parte por el uso indebido de estos medicamentos, generando así, la creación de nuevos productos más potentes que también conllevan un riesgo para los pacientes.
Los analgésicos son otro ejemplo de medicamentos que a menudo son automedicados sin tener en cuenta sus posibles efectos secundarios. Algunos de ellos contienen corticosteroides que, combinados con otros analgésicos, pueden ser sumamente perjudiciales para la salud, además, las alergias son un factor de riesgo que puede amenazar la vida de los pacientes, por lo que la automedicarse es peligroso.
Dicho lo anterior, la dosificación es un asunto serio que debe abordarse con precaución, ya que la cantidad de un medicamento que necesita un paciente varía según su peso, edad y condiciones médicas particulares, siendo los médicos, los únicos profesionales capacitados para determinarla.
Es entonces cuando la farmacogenómica emerge como un campo de investigación fundamental que explora cómo nuestro genoma influye en la respuesta a los tratamientos farmacológicos. Esto posibilita la personalización de los medicamentos para cada paciente, no solo mejorando su salud, sino también contribuyendo a una economía y atención médica más eficaces.
Adicionalmente, la farmacoeconomía adquiere relevancia al comparar y analizar el costo de los fármacos (medicamentos de patente, genéricos, intercambiables y similares) y terapias farmacológicas. Este enfoque busca proporcionar una atención de calidad a los pacientes al menor costo posible, al tiempo que informa sobre los posibles efectos en la salud de las personas.
La profunda responsabilidad que descansa sobre los farmacéuticos merece nuestro respeto y gratitud. En la actualidad, el enfoque en la terapia médica se centra en la individualización, considerando las diferencias genéticas y fisiológicas de cada individuo para optimizar los tratamientos.
El Día del Farmacéutico nos brinda una valiosa oportunidad para reflexionar sobre la importancia de estos profesionales en el sistema de salud, recordándonos que la automedicación puede ser peligrosa. La colaboración estrecha entre médicos y farmacéuticos es esencial para asegurar la seguridad y eficacia de los tratamientos médicos, avanzando hacia una atención médica más personalizada y eficiente.