A propósito de la conmemoración del Día Mundial del Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) que se celebra el 13 de julio, la psicoterapeuta gestalt Lorena Worzel comentó que el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que se manifiesta por la dificultad para mantener la atención y la concentración, impacta en el ámbito personal, el hogar, la escuela, el trabajo, la socialización, etc.
La psicoterapeuta indicó que es indispensable integrar equipos multidisciplinarios conformados por pediatras, psicólogos, neurólogos, educadores especiales para llegar al diagnóstico de manera asertiva e iniciar el tratamiento indicado.
“Los criterios más ortodoxos, indican que se debe realizar un trabajo de observación de mínimo seis meses con repeticiones de pruebas semanales con el paciente para tener un diagnóstico concluyente”.
Al respecto la Mtra. Worzel apuntó que realizar diagnósticos de manera poco rigurosa, puede ser aventurado y que el suministro de psicofármacos debe ser cuidadoso. La integración de un equipo multidisciplinario ayuda a que el proceso de diagnóstico tenga más beneficios que riesgos.
“En ocasiones se pueden confundir los síntomas con actitudes y comportamientos correspondientes al proceso natural del desarrollo de la niñez y adolescencia, es necesario tomar en cuenta que para tener una sospecha de un diagnóstico, las manifestaciones deben presentarse al menos en dos contextos al mismo tiempo de manera recurrente (seis meses o más); en definitiva, no se puede realizar una valoración en un consultorio al atender a una persona en una sola ocasión”.
El acompañamiento familiar
Desde el enfoque gestáltico, la condición del TDAH se aborda como una interrupción en la manera en la que la persona interactúa con todo lo que lo rodea (campo); desde esa visión, las personas alrededor del paciente pueden apoyar o entorpecer el modo en el que el paciente enfoca su atención.
Así, la condición no recae en una sola persona, sino en el entorno del paciente incluyéndolo a él, Lorena Worzel, manifestó que “esto requiere del esfuerzo de los padres y maestros para no descuidar al resto de la familia y o el grupo porque el cuidador primario puede funcionar como ancla para ayudar al paciente a descubrir nuevas formas de mantener la atención y en especial a comprender cómo su manera de hacerlo tiene cualidades positivas; en este sentido es muy importante que el cuidador primario cuente con lapsos para mantener sus espacios personales, pues demanda mucho empeño físico y emocional”.
Otra mirada al TDAH
El enfoque gestáltico y la neurodiversidad priorizan entre otros objetivos, el aumento de la conciencia del paciente y sus cuidadores en la capacidad de ver cómo esa condición distinta de ver el mundo tiene ventajas y descubrirlas. Worzel detalló: “se ha encontrado que las personas con esta condición tienen una forma desigual de captar y acomodar la realidad, lo que quiere decir que también tienen ventajas al identificar patrones de una manera diferente al resto. Lo que hace la terapia es trabajar en integrar las diferentes formas en las que el individuo se relaciona con su entorno y determina en dónde es un súper poder y en dónde no lo es”.
La neurodivergencia refiere que el desarrollo neurológico y el procesamiento de información es distinto a lo considerado como neurotípico, explica que el TDAH es una forma distinta de procesar la información disponible en todo evento de la vida.
La especialista agregó que una vez confirmado el diagnóstico una de las alternativas para el tratamiento puede realizarse en dos vías: mediante apoyo psicoterapéutico que puede incluir terapia gestáltica, conductual o sistémica en complemento con medicación clínica “el TDAH está relacionado con modificaciones en las estructurales cerebrales, por lo tanto haciendo cambios comportamentales no es suficiente, es necesario abordarlo de una manera conjunta para que las posibilidades de éxito sean las mayores”, concluyó la terapeuta.
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