México cuenta con más de cuatro mil especies de árboles (en sentido amplio, aquellas plantas leñosas con tronco y una copa que se desarrolla por encima del suelo) y cada año la lista sigue creciendo. Solo el año pasado 2023 se publicaron 15 nuevos árboles para nuestro país.
Muchos de ellos son desconocidos incluso para pobladores locales, mientras que otros han sido aprovechados desde la llegada de los primeros humanos al actual territorio mexicano; es decir, desde hace 30,000 años (sí, treinta mil años), de acuerdo con los últimos hallazgos arqueológicos de la Cueva del Chiquihuite en el estado de Zacatecas, señaló Cristóbal D. Sánchez Sánchez, biólogo egresado de la UNAM, maestro en botánica y doctor en ciencias forestales por parte del Colegio de Postgraduados.
“Uno de los árboles con mayor antigüedad de aprovechamiento en México es el mezquite, una leguminosa cuyo nombre proviene del náhuatl mizquitl, aunque también ha recibido otros nombres como t’ähi (hñähñu), útuh (tének), chúcata (p´urhepecha) y algarrobo (castellano)”.
En cuanto a su nombre científico, anteriormente los mezquites mexicanos (que son más de 11 especies) se clasificaban en el género botánico Prosopis, nombrado por Carlos Linneo a partir del griego pros- (hacia) y Opis (diosa griega de la abundancia y la agricultura); es decir, “hacia la agricultura o hacia la abundancia”, en referencia a su gran importancia alimenticia; sin embargo, los usos del mezquite son tan variados como sorprendentes.
“Los frutos de este árbol pueden consumirse en una gran diversidad de productos como dulces, quesos, harinas, tortillas y panes, aunque también se utilizan como forraje y son parte fundamental en sistemas agrosilvopastoriles mexicanos. Las abejas aprovechan sus flores para elaborar una de las mieles más sabrosas que existen y su madera se usa para elaborar muebles, ruedas de carretas, utensilios de cocina y artesanías”, indicó el también miembro activo de la Sociedad Botánica de México.
Tiene gran valor en la industria ya que su resina tiene aplicaciones en la fabricación de pegamentos y barnices. Sus propiedades medicinales son bien conocidas y aprovechadas en regiones como el Valle del Mezquital, donde es la planta de mayor importancia cultural y se utiliza para curar diversos padecimientos como problemas de parásitos, gastritis, presión arterial, diabetes y afecciones renales.
La importancia del mezquite trasciende su valor utilitario, desempeñando un papel crucial en la protección ambiental, pues sus raíces profundas ayudan a estabilizar los suelos y prevenir la erosión, mientras que su capacidad para fijar nitrógeno enriquece la tierra, favoreciendo la biodiversidad y la regeneración de ecosistemas degradados. Basta con divisar un mezquite durante un día soleado en el semidesierto del Altiplano Mexicano para entender por qué se le considera una “planta nodriza”, señaló el director del Departamento de Botánica del Jardín Botánico de Vallarta.
Algunas ciudades tienen la fortuna de contar con mezquites entre sus calles o dentro de sus casas, pero son pocos los espacios públicos donde puedan encontrarse ejemplares de más de cien años. Actualmente en el barrio de Tlaxcala, en la ciudad de San Luis Potosí, la Casa Doña María Pons es el hogar de un mezquite formidable de más de 500 años. “¡Qué mejor lugar para este gigante, que un centro de educación alimentaria y cultura gastronómica, donde se promueve el cultivo de plantas y el aprendizaje para el desarrollo comunitario!”.
Cabe mencionar que desde el año 2022 las plantas mexicanas del género Prosopis han sido reubicadas en el género Neltuma con base en evidencia filogenómica. Así, el nombre científico de este bello árbol centenario es Neltuma laevigata, que proviene de mulla thumma, de la lengua télugu del sur de la India, donde llaman así a los mezquites americanos introducidos, y laevigata que hace alusión a sus hojas relucientes.
“Este árbol resiliente y multifacético que es un recordatorio de resistencia y generosidad, un verdadero tesoro natural que merece ser valorado y protegido para las futuras generaciones”, indicó el también miembro de la Asociación Mexicana de Jardines Botánicos.
Y si quieres aprender más sobre este tema acude a la Biblioteca Casa “Doña María Pons” donde podrás encontrar el libro Niños del Mezquite de Quitzé Fernández Bonilla.