Mantener un estilo de vida saludable ha hecho que correr, CrossFit, entrenamiento funcional y el fútbol sean de los deportes más practicados por los mexicanos. Sin embargo, el Dr. Adolfo Chávez Mendoza, especialista en Cardiología Clínica y alta especialidad en Insuficiencia Cardíaca del Hospital Ángeles, expuso que existe una tendencia cada vez mayor de personas que desean dar un salto a niveles extremos.
Así, puede pasar de una carrera de 5 km a un maratón o a los llamados Iron Man, que incluyen natación, ciclismo y recorridos de largas distancias, sin antes acudir con un médico cardiólogo para que revise su corazón y descarte anomalías que le impidan su práctica o pongan en riesgo su salud.
Comentó que es normal una adaptación fisiológica del músculo cardíaco (miocárdica al ejercicio regular e intenso, lo que se conoce como corazón de atleta). No obstante, advirtió que existen padecimientos como la miocardiopatía hipertrófica (MCH), que es la causa más frecuente de muerte súbita en pacientes jóvenes y deportistas, por lo que a los portadores de la enfermedad se les desaconsejan las actividades de competición.
El también presidente de la Asociación Mexicana de Insuficiencia Cardíaca (AMIC), explicó que “la muerte súbita es aquella que ocurre de forma brusca o inesperada en alguien aparentemente sano, como sería un deportista amateur o de alto rendimiento. En mayores de 35 años, con frecuencia se debe a una cardiopatía isquémica, pero en menores de 35 y atletas puede ser por problemas congénitos o hereditarios del corazón, siendo la miocardiopatía, hipertrófica la principal causa”.
Se trata de una condición que afecta a 1 de cada 500 personas en población general, debido a una mutación genética que hacen que las paredes de la cámara de bombeo del miocardio se agranden y endurezcan sobre todo el músculo que divide los ventrículos del lado derecho y el lado izquierdo del corazón llamado tabique.
“Si bien la incidencia de muerte súbita es baja, en la mayoría de los casos se desconoce qué la motivó hasta que se realiza una autopsia. Si esta indica que fue por miocardiopatía hipertrófica, es muy importante monitorear a los familiares de primer grado porque los genes alterados se transmiten de generación en generación. Además, cada hijo o hija de una persona afectada tiene 50% de posibilidades de tenerla y pasarla a su descendencia”, señaló.
Expuso que hay dos tipos de MCH: la no obstructiva y la obstructiva (MCHo). Esta última es la más común y se caracteriza por un bloqueo en el flujo sanguíneo, lo que altera el mecanismo del músculo cardíaco que hace que éste se contraiga y relaje. Esto, provoca alteraciones en el sistema eléctrico del corazón y latidos irregulares que ponen en peligro la vida del paciente.
“A veces a la miocardiopatía hipertrófica se le describe como ‘oculta’ porque, quienes la tienen, pueden permanecer asintomáticos la mayor parte de su vida o presentar dolor en el pecho, desmayos, palpitaciones y falta de aire, sobre todo después del ejercicio, síntomas que pueden confundirse con otras enfermedades 13. Incluso, es posible que las personas también piensen que sus ‘achaques’ se deben a que están fuera de forma o al envejecimiento”, destacó.
¿Es posible prevenirla?
El Dr. Adolfo Chávez, quien cuenta con una Maestría en Salud Internacional por el Hospital Charité de Berlín, Alemania, indicó que, “al ser la miocardiopatía hipertrófica una enfermedad hereditaria, no se puede prevenirii. Sin embargo, si se tienen antecedentes familiares, casos de muerte súbita o de insuficiencia cardíaca, es vital acudir a un chequeo con el cardiólogo para un diagnóstico y tratamiento oportunos”.
Expuso que, aunado a un examen físico y a la historia clínica del paciente, en caso de sospecha ordenará dos pruebas diagnósticas fundamentales: un ecocardiograma y la llamada maniobra de Valsalva, técnica no invasiva que sirve para diferenciar problemas cardíacos de otras condiciones médicas. Consiste en retener la respiración, cerrar la boca, tapar la nariz con los dedos y forzar la salida de aire sin dejarlo escapar ejerciendo presión.
Precisó que la miocardiopatía hipertrófica no tiene cura; sin embargo, la mayoría de los síntomas se pueden controlar por medio de la implantación de un desfibrilador, destrucción de las áreas engrosadas del corazón con alcohol, cirugía o medicamentos. Dentro de este último grupo existe el inhibidor de la miosina cardíaca, diseñado específicamente para tratarla en su forma obstructiva, lo que mejora la capacidad funcional y la tolerancia del paciente al ejercicio. “Aunque todavía no está disponible en México, sin duda incrementará las opciones terapéuticas actualmente disponibles”.
Por su parte Omar de Jesús Ruíz, director ejecutivo de la Asociación de Pacientes de Corazón (PACO) A.C, organización dedicada a sensibilizar sobre las enfermedades del corazón y brindar acompañamiento a pacientes, familiares y cuidadores, dijo que para muchas personas la miocardiopatía hipertrófica no interfiere con su rutina diaria. Pero, subir de peso, fumar, ingerir alcohol, llevar una dieta poco saludable o realizar esfuerzos físicos intensos sin una valoración médica previa, podrían empeorarla.
Apuntó que, “aunque esto puede resultar difícil para jóvenes que ya han participado en justas deportivas o que fueron seleccionados para competir, por ejemplo, en torneos internacionales como los Juegos Olímpicos, es importante no subestimar síntomas como latidos del corazón rápidos o irregulares, dificultad para respirar o dolor en el pecho”.
Agregó que, “en la historia del deporte, hay una larga lista de atletas que fallecieron de paro cardiaco repentino por no saber el estado de salud de su corazón. Para evitar estos fatales desenlaces, es necesario que la gente conozca todo sobre la miocardiopatía hipertrófica a través de organizaciones como PACO o sitios con aval científico, sin olvidar que la consulta con el especialista y la realización de estudios diagnóstico como electrocardiograma y la maniobra de Valsalva, pueden salvarles la vida”. #HazEcoatuCorazon, podría ser MCH.