Aunque existen múltiples factores, el desarrollo del Síndrome del Intestino Irritable (SII) se debe comúnmente al estrés, una alimentación inadecuada y factores genéticos. Los síntomas más comunes en los afectados incluyen dolor abdominal, hinchazón, diarrea y estreñimiento.
Consultar al médico es esencial, pero también hay medidas adicionales para prevenir esta condición, como el uso de probióticos. La Dra. Cynthia Vega Ávila, directora de Relaciones Médicas de PiSA Farmacéutica, te cuenta más sobre los probióticos y algunas recomendaciones al respecto para garantizar un autocuidado responsable y siempre bajo el cuidado de un profesional de la salud. Estos microorganismos vivos se consumen para fortalecer la barrera intestinal, mejorar la absorción de nutrientes y promover una mejor digestión además de:
– Mejorar la Salud Digestiva: Los probióticos combinados con fibras prebióticas, conocidos como simbióticos, ayudan a mantener un equilibrio saludable de bacterias en el intestino. Esto no solo promueve un ambiente óptimo para la digestión y absorción de nutrientes, sino que también fortalece la barrera intestinal, reduciendo la permeabilidad y protegiendo contra la entrada de sustancias dañinas. En particular, la cepa LGG es especialmente eficaz en reducir el riesgo de diarrea, según la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO).
– Aliviar trastornos digestivos: Los probióticos, incluyendo las cepas LGG, Pentosaceus y Longum, han demostrado ser eficaces en el alivio de trastornos digestivos como el síndrome del intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal y la diarrea asociada a antibióticos. Estos microorganismos ayudan a restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal y a reducir la inflamación.
–Reforzar el sistema inmunológico: La Dra. Vega resalta que una gran parte del sistema inmunológico se encuentra en el intestino. Los probióticos estimulan la respuesta inmunológica, fortaleciendo las defensas naturales del cuerpo contra patógenos y enfermedades. Además, el zinc contenido en algunos productos probióticos ayuda a compensar la pérdida durante la diarrea, reforzando aún más el sistema inmunológico.
– Ser de fácil consumo y portabilidad: Los probióticos que no requieren agua para su consumo son fáciles de tomar y portátiles, lo que facilita su incorporación en la rutina diaria sin inconvenientes.
– Son aptos para toda la familia: Los probióticos son adecuados para toda la familia, desde niños de 3 años hasta personas mayores, sin restricciones. Esto asegura que todos los miembros de la familia puedan beneficiarse de sus propiedades saludables.
– Reducir la intolerancia a la lactosa: Algunas cepas de probióticos tienen la capacidad de descomponer la lactosa, el azúcar presente en la leche, lo que puede ayudar a las personas con intolerancia a la lactosa a digerir y tolerar mejor los productos lácteos.
– Mejorar la salud mental: Existe una conexión entre el intestino y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro. Los probióticos pueden influir positivamente en la salud mental, reduciendo la ansiedad, la depresión y el estrés.
– Prevenir infecciones gastrointestinales: Los probióticos pueden ser efectivos en la prevención y tratamiento de infecciones gastrointestinales, como la diarrea del viajero y las infecciones por rotavirus. Es importante incorporar probióticos en la dieta diaria para mantener un equilibrio saludable en la microbiota intestinal y promover una salud integral.
Sin embargo, la Dra. Vega recuerda que todas las medidas de autocuidado deben realizarse bajo un tratamiento y la supervisión de un profesional de la salud.