En el mundo de la crianza, el poder del contacto físico entre padres e hijos ha sido un tema de creciente interés, tanto para los investigadores como para los padres de todo el mundo. La idea de que el contacto físico no solo fortalece los lazos emocionales, sino que también tiene un impacto profundo en el desarrollo cerebral del bebé, ha sido confirmada por numerosos estudios científicos.
El contacto piel con piel, también conocido como “método canguro”, es una práctica que se ha recomendado durante décadas para recién nacidos, especialmente para aquellos prematuros. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que el beneficio de este contacto va más allá de la regulación de la temperatura y la estabilización del ritmo cardíaco.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Pediatrics, los bebés que reciben un contacto físico frecuente con sus cuidadores presentan un desarrollo cerebral más acelerado en áreas clave, como aquellas relacionadas con la regulación emocional, la memoria y la respuesta al estrés.
En otro estudio del Journal of Neuroscience, se observó que el contacto piel con piel en las primeras horas y días después del nacimiento estimula la producción de oxitocina en ambos, madre y bebé. Esta hormona, conocida como la “hormona del amor”, no solo refuerza el vínculo emocional, sino que también tiene un impacto directo en la plasticidad cerebral, facilitando la formación de conexiones neuronales que son fundamentales para el desarrollo emocional y social del niño.
Los beneficios del contacto físico temprano también se extienden al desarrollo del sistema inmunológico y la reducción de la percepción del dolor en los bebés, según una revisión publicada en The Lancet. Estos hallazgos subrayan la importancia de prácticas que faciliten el contacto cercano entre padres e hijos, destacando la relevancia de productos como los canguros y soportes de lactancia que ofrece Boppy.
Canguros: Facilitando el Contacto Constante
El uso de canguros no solo es beneficioso para el bebé, sino que también facilita la movilidad del cuidador, permitiéndole realizar otras tareas mientras mantiene el contacto constante con su hijo. Esto es particularmente útil durante los primeros meses de vida, cuando los bebés necesitan ser sostenidos con frecuencia.
Además, el movimiento natural que ocurre mientras el cuidador se desplaza ayuda a calmar al bebé, promoviendo un sueño más profundo y reparador. Estudios han demostrado que los bebés que son llevados en canguros durante al menos tres horas al día lloran hasta un 43% menos que aquellos que no lo son.
Soportes de Lactancia: Creando un Espacio de Conexión
La lactancia es uno de los momentos más íntimos y fundamentales en la relación entre madre e hijo. El soporte de lactancia Boppy está diseñado para que este proceso sea cómodo tanto para la madre como para el bebé, permitiendo una postura adecuada y reduciendo la tensión en los brazos, cuello y espalda de la madre. Este soporte ergonómico asegura que el bebé esté en la posición correcta para una alimentación efectiva, lo que no solo facilita la lactancia sino que también prolonga el contacto cercano y visual entre madre e hijo, reforzando el vínculo emocional.
Además de su uso durante la lactancia, el soporte puede ser utilizado como un espacio seguro para que el bebé descanse, o comience a sentarse SIEMPRE bajo la supervisión de un adulto, lo que contribuye al desarrollo de la fuerza muscular y la coordinación motora.
El Papel del Vínculo en el Desarrollo Emocional y Social
El vínculo emocional que se forma entre padres e hijos en los primeros días y semanas de vida tiene un impacto duradero en el desarrollo emocional y social del niño. Los estudios han mostrado que los bebés que experimentan un contacto físico frecuente y cercano desarrollan mayores niveles de seguridad emocional, lo que se traduce en una mayor capacidad para establecer relaciones saludables en el futuro.
Además, el contacto físico temprano ha sido asociado con una mejor regulación del estrés en la edad adulta. Según un estudio longitudinal publicado en Developmental Psychology, los niños que han experimentado un vínculo fuerte con sus cuidadores muestran una menor reactividad al estrés y una mayor resiliencia emocional, lo que sugiere que el contacto físico temprano no solo beneficia al bebé en el presente, sino que también sienta las bases para un desarrollo emocional saludable a largo plazo.
Con información de Boppy
Fotos: Cortesía