Cada año, aproximadamente 1 millón de bebés mueren en el mundo por complicaciones relacionadas con su prematuridad. Por esto, en el marco del Día Mundial del Niño Prematuro que se conmemora el 17 de noviembre, es necesario fomentar la sensibilización sobre esta condición que corresponde a la principal causa de mortalidad infantil a nivel global. De acuerdo con las estadísticas mundiales, 1 de cada 10 bebés nacidos es prematuro, y cada 40 segundos uno de ellos pierde la vida.
En México, nacen 200 mil bebés prematuros cada año y los estados con mayor incidencia son Aguascalientes (10.3%), Zacatecas (10%) y la Ciudad de México (9.4%).
Los bebés prematuros enfrentan serios riesgos al momento del nacimiento, como bajo peso, inmadurez pulmonar, cerebral, y un sistema inmune debilitado. Al tener defensas bajas todo ser humano es más propenso a contraer infecciones.
Las constantes amenazas a la salud de los bebés que llegan al mundo antes de las 37 semanas de gestación, hacen necesario su tratamiento en las Unidades de Terapia Intensiva Neonatales (UCIN), donde especialistas en Neonatología, Neurología, Rehabilitación, Neumología, Oftalmología y Cardiología 12 trabajan en conjunto para que el bebé se estabilice y alcance un peso mínimo de 1.8kg. “Las UCIN son cruciales en la atención de los niños pretérmino, pues 76% de los bebés que ingresan a esta unidad son prematuros.
Una nutrición adecuada durante su estancia en terapia intensiva es esencial para el fortalecimiento de su sistema inmune, lo cual ayuda a prevenir infecciones graves como la sepsis.
La nutrición parenteral, que proporciona nutrientes de forma intravenosa, es clave en este proceso. Así, la atención en las UCIN asegura un futuro mejor para los bebés prematuros, donde cada avance en su cuidado es una victoria para su desarrollo y salud a largo plazo, señaló Sarai Ugalde, especialista en Educación Clínica para Baxter Latinoamérica Norte.
Entre los factores de riesgo para el nacimiento prematuro se encuentran los embarazos múltiples, preeclampsia, diabetes, hipertensión arterial, sobrepeso y obesidad. Las madres menores de 18 años o mayores de 35 también se enfrentan a un mayor riesgo.
A pesar de este panorama, los partos prematuros se pueden prevenir si la mujer embarazada se nutre adecuadamente, mantiene un óptimo estado emocional, acude a revisión mensual con su especialista, y evita el consumo de tabaco y alcohol.
Prevenir el parto prematuro, y un correcto tratamiento en caso de que suceda, es de suma importancia ya que estos bebés no solo tienen consecuencias físicas como daños en el cerebro, corazón, intestino, riñones, tubo digestivo y retina, sino que también pueden desarrollar problemas emocionales, de aprendizaje, estigma social, falta de inclusión y aceptación.