Héctor Medina Varalta
Una herida es una lesión física del cuerpo en la que se interrumpe su estructura natural. La herida puede estar debajo de la piel, solo en la superficie o ambas. Puede ser causada por una cirugía, un accidente, una quemadura, un golpe, el crecimiento de un tumor, presión sobre áreas óseas o por la radioterapia.
Las cicatrices se forman al sanar las heridas
La piel es el órgano más grande y pesado del cuerpo humano. En un adulto promedio tiene una extensión de 2 metros cuadrados y pesa entre 4 y 5 kilos; sus funciones son estéticas, protectoras, inmunológicas, metabólicas y sensoriales. En general, la piel está constituida por tres capas sucesivas: la superficial (epidermis) seguida de la dermis, y la hipodermis la más profunda.
Las heridas de la piel son un problema de salud que afecta directamente la calidad de vida de las personas que la padecen, sobre todo cuando no cicatrizan en poco tiempo y ocasionan discapacidad, dolor e incomodidad.
El Dr. Miguel Ángel Morales, vicepresidente de la Sociedad Ibero latinoamericana de Cirugía Dermatológica y oncológica, explica: Para tratar una herida es importante conocer su origen, la causa, el ambiente donde se originó, su extensión y profundidad. Pueden clasificarse en superficiales o profundas. Las heridas profundas pueden afectar tendones, músculos, ligamentos, mientras que las superficiales se limitan solamente a la piel, la mayoría de las veces no suponen un riesgo inmediato, pero pueden llegar a serlo si no se actúa correctamente desde el primer momento.
Una herida mal tratada puede traer importantes consecuencias físicas y psicológicas, por eso es que siempre deben ser tratadas. Actualmente Armstrong Laboratorios de México cuenta con un producto que ayuda a que una herida en la piel cicatrice mucho más rápido y en forma mucho más ordenada lo que ayuda a evitar las infecciones por contaminación de bacterias.
Si no se actúa correctamente, las heridas pueden llegar a ser un riesgo.