El cáncer renal es aquel que se origina y afecta a los riñones. Entre los más frecuentes se encuentra el carcinoma de células renales que afecta a nueve de cada 10 pacientes con este tipo de neoplasia. De acuerdo con datos de GLOBOCAN, México registró en el 2018, más de 4 mil 400 nuevos casos en todo el país, y más de 2 mil 700 muertes por cáncer de riñón.
El doctor Miguel Ángel Álvarez Avitia, especialista en oncología médica, adscrito a la Subdirección de Medicina Interna en el Servicio de Oncología Médica, en donde imparte docencia en la Clínica de Tumores del Tracto Genitourinario, apuntó que el cáncer de riñón se considera la neoplasia más letal del tracto urinario. La incidencia máxima se encuentra entre la sexta y séptima década de la vida, sin predominio por algún sexo ni predisposición racial. El 95% de los tumores renales son esporádicos, solo 5% tiene carácter hereditario.
El médico oncólogo apunta que la presentación clínica es: hematuria en 40 a 60% de los casos, dolor en el flanco afectado (izquierdo o derecho), masa palpable, pérdida de peso, malestar general y fatiga, disnea (en etapa avanzada), red venosa colateral.
Las manifestaciones del Síndrome paraneoplásico (síntomas que aparecen en localizaciones alejadas a un tumor) son: Stauffer, hipercalcemia maligna, anemia, fiebre, policitemia.
Los pacientes de cáncer de riñón presentan al momento del diagnóstico:
45% con enfermedad localizada
25% con enfermedad localmente avanzada
20-30% con enfermedad metastásica
El diagnóstico se realiza mediante diversas pruebas como: una biometría hemática, ultrasonido renal, tomografía computada, resonancia magnética, PET/CT (de poca utilidad en cáncer renal) y biopsia.
Silvia Peralonso Bombin, directora médica asociado para MSD Oncología, explicó que “existen factores de riesgo que hacen que una persona sea más propensa a padecer cáncer de riñón tales como tabaquismo, obesidad, hipertensión arterial, antecedentes familiares del cáncer de riñón, exposición a ciertas sustancias en el lugar de trabajo, género, ciertos medicamentos y enfermedad renal avanzada”.
“De acuerdo con estudios, se ha visto que la actividad física que se realiza en el tiempo libre puede ser una buena medida de prevención, pues está asociada con un menor riesgo de 10 cánceres, teniendo las mayores reducciones de riesgo en adenocarcinoma de esófago, cáncer de hígado, cáncer gástrico del cardias, cáncer renal y leucemia mieloide”, detalló Peralonso.
Este año, la Intenational Kidney Cancer Coalition se enfocará en difundir la actividad física como medida de prevención del cáncer renal, de ahí la importancia de crear conciencia sobre la importancia que tiene mantenerse activo en la salud renal.
De acuerdo con información de la American Cancer Society los tratamientos locales, consisten en tratar el tumor sin afectar al resto del organismo. Estos tratamientos tienen más probabilidades de ser útiles para los cánceres en etapas más tempranas: cirugía ablación y radioterapia. Mientras los tratamientos sistémicos, que consisten en tratar el cáncer de riñón con medicamentos que pueden administrarse por vía oral o directamente en el torrente sanguíneo: terapia dirigida, inmunoterapia y quimioterapia.