minientrada Cuida tus niveles de glucosa durante la pandemia

Ante la pandemia de COVID-19, se ha observado una preocupante susceptibilidad de los pacientes con obesidad, incluyendo a personas jóvenes, para desarrollar casos más severos y con mayor duración, así como un mayor riesgo de requerir cuidados intensivos y fallecer.

La Dra. Marcela Rodríguez, médico especialista en medicina interna, obesidad y enfermedades metabólicas explicó que “esto se debe a que la obesidad puede dañar cualquier órgano o sistema del cuerpo y genera comorbilidades que predisponen a desarrollar cuadros severos de COVID-19, como la enfermedad cardiopulmonar y la inflamación que limita una defensa efectiva contra procesos infecciosos. Esto último se acentúa debido a concentraciones elevadas de glucosa y deficiencia de vitamina D, que facilitan la entrada del virus a las células y limitan aún más la respuesta inmune.”

La preocupación por la salud de las personas con obesidad se fundamenta aún más en el hecho de que el 73% de la población adulta mayor a 20 años vive con sobrepeso y obesidad en México. Por este motivo, el problema puede ser de elevada magnitud y trae nuevos retos para el tratamiento de ambas condiciones.

Tratamiento integral para resolver un reto mayor

La atención de la obesidad debe ser integral e incluir aspectos como alimentación saludable, actividad física, salud mental, empleo de medicamentos y cirugía, dependiendo de las necesidades de cada paciente.

“La suspensión de estas intervenciones debido a la contingencia, se traduce en recaídas o resultados insuficientes. Más aún, el incremento del estrés y la ansiedad, así como la poca movilidad que acompañan a las personas durante la cuarentena, interfieren en el mantenimiento de conductas saludables”, señaló la Dra. Rodríguez, quien está adscrita a la Clínica de Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).

Algunos cuidados generales pueden mejorar la salud de las personas con obesidad, favorecer la pérdida de peso y disminuir el riesgo de efectos severos de COVID-19. “Un aspecto central es la identificación del estrés o síntomas emocionales como depresión y ansiedad. Para la atención a la salud mental existe asesoría pública y privada disponible para todos”, indicó la especialista en sobrepeso y obesidad.

Además de poner especial atención en las medidas de seguridad e higiene para prevenir la infección por COVID-19, la Dra. Marcela Rodríguez explicó que “es conveniente que las familias conozcan los principios de una dieta balanceada, los alimentos que deben consumirse todos los días, y los tipos de alimentos que es conveniente limitar. Estas recomendaciones se pueden encontrar en las páginas de las principales instituciones de salud.”

La especialista en medicina interna recomendó a la población tener en cuenta su peso, estatura e índice de masa corporal. Este último se calcula dividiendo el peso entre la estatura al cuadrado.

“Las personas con un índice de masa corporal igual o mayor a 25 kg/m2 deben tener una valoración médica para descartar la presencia de problemas de salud y decidir la forma de tratamiento más adecuada para el sobrepeso. En la población mexicana se ha demostrado un incremento del riesgo de mortalidad por COVID-19 en pacientes con índice de masa corporal igual o mayor a 30 kg/m2, por lo que es prioritario prevenir.”

Se ha demostrado que una pérdida de peso del 5 a 10% a través de los tratamientos aprobados para personas con sobrepeso y obesidad, se asocia con mejores concentraciones de glucosa, mayor control de la presión arterial, reducción de la inflamación y mejoría cardiopulmonar.

Finalmente, la especialista recomendó extender el tiempo de cuarentena en personas con obesidad, “debido a que se ha observado que el tiempo de transmisión viral se prolonga con esta condición. En casos leves, en los que no se requiere oxígeno suplementario y los síntomas físicos no limitan las actividades diarias, se recomienda la práctica de actividad física de intensidad leve o moderada (sin llegar a una fatiga que impida hablar), lo que permite mantener o mejorar la capacidad cardiopulmonar.”

 

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