Aumentar los impuestos a los productos de tabaco es una decisión pública de vital importancia para disminuir el déficit fiscal y para mejorar las expectativas de vida de millones de personas, especialmente en esta época de COVID-19, sostuvieron legisladores, servidores públicos, investigadoras y representantes de organizaciones de la sociedad civil, durante el foro virtual Impuestos Saludables en Tiempos de COVID-19: el Ajuste al Impuesto al Tabaco.
El diputado Manuel Huerta, secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, recordó que la semana pasada presentó una iniciativa para incrementar el impuesto al tabaco a 1.49 pesos por cigarro, lo que ayudaría a inhibir el consumo del tabaco, salvar miles de vidas por la reducción del consumo y a brindaría una mejor atención médica, gracias a los recursos que se recaudarían si se aplica esta política fiscal.
Por su parte, la diputada Carmen Medel Palma, también secretaria de la Comisión de Salud, reiteró su apoyo a la iniciativa para incrementar el impuesto al tabaco, ya que son necesarias estas medidas, cuyo fin es reducir las más de 51 mil muertes anuales que provoca el tabaco.
El Dr. Sebastián Rodríguez Llamazares, neumólogo del INER, la principal institución que atiende a pacientes con COVID-19, expuso la relación entre el tabaco y el COVID-19. “El acto de fumar favorece el contagio de COVID-19 debido a que implica acercarse las manos a la boca además de que los últimos estudios muestran que los pacientes fumadores presentan casos más graves ante esa enfermedad. Si el paciente es fumador, el riesgo de sufrir un desenlace fatal por COVID-19 es de cerca del doble”.
El Mtro. Arturo Sabines, jefe de la Oficina Nacional para el Control del Tabaco y del Alcohol, dijo: “A pesar de que el año pasado se avanzó con la actualización del impuesto al tabaco, aún no estamos en el estándar recomendado por la OMS, de llegar al 75% de carga impositiva en el precio final al consumidor. Además de impulsar el impuesto al tabaco, en México urge reformar la Ley General para el Control del tabaco”.
Al exponer los beneficios epidemiológicos y económicos del incremento a los impuestos al tabaco, la Dra. Luz Myriam Reynales Shigematsu, jefa del Departamento de Investigación sobre el Tabaco, del Instituto Nacional de Salud Pública, señaló que: “Si México aumentara en un 50% el precio de los cigarros, reduciría casos de enfermedad, muertes prematuras y su impacto benéfico se extendería por más de una década”.
La Dra. Belén Sáenz de Miera Juárez, investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, mencionó que los efectos económicos y sociales de los impuestos al tabaco benefician mayormente a la población más pobre del país. El incremento del IEPS de 0.49 pesos a 1.49 pesos por cigarro evitaría numerosas muertes y ganaría años de vida. El país ahorraría 42 mil millones por costos de la enfermedad, 256 mil personas evitarían caer en situación de pobreza y se recaudarían 16 mil 200 millones de pesos adicionales. “El impuesto al tabaco salva vidas”, apuntó.
En crisis económicas, o hay aumento significativo de los impuestos o se da la reducción del gasto, advirtió en su oportunidad el Mtro. Erick Antonio Ochoa, director de Salud Justa Mx. Subrayó que el país necesita decisiones fiscales que reduzcan el déficit público, además de desaparecer fideicomisos. En el manejo de la epidemia, el gobierno puede marcar diferencia, al decidir si proceden ajustes de impuestos a productos dañinos.
Antonio Ochoa llamó al gobierno a controlar conflicto de interés y a eliminar puertas giratorias, que han afectado en el pasado al sector salud. Si no se discuten ahora las iniciativas presentadas por los diputados Manuel Huerta y Carmen Medel, en 2021 será más costoso y urgente actuar.