minientrada Distingue entre una alergia alimentaria y la intolerancia

Es común que nos preguntemos: ¿Cuál es la diferencia entre una intolerancia y una alergia alimentaria? Estos dos términos pueden sonar muy similares y presentar incluso síntomas parecidos.

El caso de la intolerancia, se presenta cuando el organismo no puede digerir correctamente determinado alimento o cuando genera un efecto directamente en el sistema digestivo. Se pueden presentar náuseas, gases, retortijones abdominales, diarrea, irritabilidad, o dolor de cabeza.

En cambio, una alergia alimentaría va más allá, involucra al sistema inmune, éste detecta algún alimento como “agente invasor” y lo ataca, por ello los síntomas son diferentes e incluso más graves, en casos extremos, puede causar anafilaxis, una reacción que aparece unos segundos o minutos después de la exposición a un agente alérgeno que incluye, dificultad para respirar y puede provocar un shock.

Una reacción alérgica, se puede reflejar también, en problemas para respirar, opresión de garganta, tos, ronquera, vómitos, dolor de estómago, urticaria e inflamación.

¿Qué hay de la Alergia alimentaria en la primera infancia?

Alrededor del 3% de la población adulta padece alguna clase de alergia alimentaria, mientras que en los niños, este número aumenta a un 6% aproximadamente, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Hay una lista larga de alimentos que pueden causar alergia, sin embargo, frecuentemente cereales, huevo, pescados, soya, cacahuete o la leche, generan reacciones. La Alergia a la Proteína de Leche de Vaca (APLV) es una de las más comunes en menores, al ser uno de los primeros alimentos a los que se ven expuestos, señalan especialistas de Nutricia.

La lactancia materna ayuda a entrenar al sistema inmune y con ello disminuye el riesgo de presentar alergias de cualquier tipo. Por ello la importancia de obedecer a la recomendación de la OMS de brindar lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y complementaria hasta los 2 años o hasta que la madre y el hijo se sientan cómodos.

En casos donde la lactancia materna no es posible, se recomienda buscar de la mano del pediatra, alternativas como las fórmulas para bebés con necesidades especiales de nutrición  que respaldados con años de investigación, brindan una alternativa para mejorar la calidad de vida de los bebés y de quienes están a su alrededor.

 

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